Burbujas y Bisagras

Carlos Ormazabal Gipuzko webgunean.

Cuando queda apenas mes y medio para la celebración de las elecciones municipales y forales del próximo 27 de mayo, urge la adopción de las medidas oportunas para que todas las opciones políticas puedan presentarse en igualdad de condiciones y sean los votantes quienes confieran a cada una de ellas la representación que les corresponda en las distintas instituciones.

Nos hallamos, cuatro años más tarde, en una situación más surrealista, si cabe.

No es de recibo que, bajo una Ley de Partidos fabricada ex profeso por los partidos estatales para impedir la presencia de la izquierda abertzale en las instituciones, a los comicios sí puedan concurrir otros partidos de la extrema derecha a quienes no se exige no se sabe qué condicion/es (bueno, sí se sabe) que sí debe cumplir la sigla que representa a la IA. O que nos encontremos ante una pugna en la que, como en el caso de las últimas elecciones al Parlamento Vasco con EHAK, se tiene que demostrar quién es más listo: si el que pretende burlar la legalidad vigente o quien debe velar por el cumplimiento de la misma. El perverso juego del gato y el ratón. O la posibilidad -más bien remota pero existente- de que, ante la ilegalización de plataformas electorales en pueblos pequeños, vuelva a haber listas de paracaidistas que, en el mejor de los casos deban enfrentarse a intentos/conatos de lapidación por lapurras (toda la vida con el sambenito) cuando lo único que tratan es de evitar el desgobierno que supondría la victoria, aunque sólo fuera con un voto, de partidos de ámbito estatal que se presentan en todos los pueblos.

Algo sí ha cambiado, a lo largo de este último año: ha desaparecido, al menos de momento y salvo sorpresa de última hora, la imagen de un Zapatero pacificador y de una izquierda abertzale que parecía salid de sus trincheras. Ha desaparecido la confianza entre los que se autoatribuían las medallas de la solución, tras la declaración del alto el fuego permanente de ETA, a un conflicto con visos de perpetuarse. Han pasado de compartir la cocina necesaria al reproche y la mutua acusación, a decir cada uno qué debe hacer el otro.

La alta cocina que se anunciaba, a la vista está, no contaba con los mejores ingredientes. O tal vez cada uno de los cocineros esperaba ver el toque final del otro, aunque ninguno estaba, en realidad, dispuesto a mostrárselo a su compañero de faena, porque ello supondría perder su propia audiencia en los medios en favor del otro. El uno por el otro y la lista de platos sin acordarse.

Enzarzados en sus discusiones sobre la conveniencia de los ingredientes, ninguno esperaba, que en ese necesario impasse alguien se encargase de poner al fuego el instrumento que los grandes chefs, amantes de la cocción a fuego lento, tanto desprecian: la olla a presión. El Partido Popular puso la olla al fuego y ETA, cuando el agua estaba en plena ebullición, burbujeante, cerró la tapa con el resultado por todos conocido. Consecuencia: no ha quedado nada y hasta las mesas, que parecían dos (se hablaba de una de pacificación y otra de normalización), han quedado irreconocibles. No se distinguen ni las patas.

Nos hablan de que en vísperas de la declaración de alto el fuego permanente ETA ya estaba reorganizando el comando Donosti. El robo de pistolas, que tan de tapadillo se trató que pasase, cobra ahora su sentido real. Y en la entrevista publicada en GARA siguen reservándose el derecho de actuar, de tutelar el o los procesos que su propia acción ha bloqueado.

No le falta a Joseba Egibar un ápice de razón cuando habla de la capacidad de ETA de hacer perder las elecciones a la reelección de un presidente del Gobierno español, y la de debilitar, a su vez, a la izquierda abertzale.

Zapatero aparece ahora, por la cuenta que le trae un año vista de las elecciones generales, como el peor enemigo de la hasta hace bien poco ilusionada/aliada izquierda abertzale. No se lo están poniendo a ésta fácil precisamente con el tema de presencia en los comicios y la forma de poder hacerlo bajo qué siglas: desde la inicial Herri Batasuna, ...., hasta la última presentada como ASB, prácticamente nonata por la, entre otros motivos, presencia de miembros de la Mesa Nacional en su puesta de largo, algo que para algunos analistas políticos ha supuesto un nuevo desafío. O la que se quiere presentar como posible: ANV.

Han sido varias las oportunidades desaprovechadas hasta ahora por la izquierda abertzale para desmarcarse de ETA.

Han sido varias, también, las burbujas de esperanza de paz nuestra sociedad que se han desvanecido con las acciones de ETA: desde el proceso de Lizarra hasta estos recientes de pacificación y normalización.

Lo que a nadie escapa es la necesidad de la presencia, y de la forma más clara posible como tal, de la izquierda abertzale en los próximos comicios. El voto nulo, imputable a candidaturas ilegalizadas, no debe ser una opción. Porque supone amordazar la voz y la voluntad de una parte de nuestra sociedad, y esa no debería ser una posibilidad en un sistema democrático.

Según algunos dirigentes políticos, en los últimos tiempos se aprecian en la izquierda abertzale signos o indicios que muestran avances respecto a tiempos anteriores. Es tiempo de verlos en las distintas instituciones. Con la representatividad que los votantes les confieran.

Será bueno comprobar el valor que concede a mayorías democráticamente logradas, en las que pueden, o no, participar.

Es necesario que estén junto a todos los demás, compartiendo sus planteamientos o soluciones a los problemas cotidianos de los vascos, que se debata y se visualice su modelo de país, su disposición a alcanzar acuerdos...

En esta Euskadi, pequeña pero dinámica, todos somos necesarios. Pero en el juego de mayorías que caracteriza a los sistemas democráticos, nadie es, o debería considerarse como tal, imprescindible.

En cada caso habrá de analizarse el qué y el para qué, y en función del mismo el cómo y con quienes.

Una puerta necesita de varias bisagras para poder sujetarse. Las bisagras pueden ser de mayor o menor tamaño, y el peso de la puerta puede soportarse aún faltando alguna. Otra cosa es el cómo estén dispuestas para que la puerta pueda abrirse, y sabemos cual es el pestillo que trata de impedirlo.

Es necesario colocar todas las que pueden facilitar la apertura en el mismo sentido, y que el empuje de quienes tratan de hacerlo haga saltar el pestillo.

El posibilitar el movimiento de la puerta debe ser el objetivo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Parafraseando a Alfonso Guerra con su frase de "reformistas de la nada" (dirigida a miembros de su partido hace algunonos años) , no sé cómo la dirección de gipuzkoatik se permite perder el tiempo endosándonos textos de "articulistas de la nada" absolutamente vacíos y huecos.

Carlos Ormazabal es como algunos gallegos (no todos son así) que nunca sabes "si van o si vienen".

Anónimo dijo...

mesas, sillas, puertas,...las metáforas pueden ser muchas (parece que todas pasan por IKEA) pero la realidad es una , IA de momento no es una opción política, es una opción militar, y las opciones militares no se votan, aunque a ellos,como el medio no importa, les gustaría ganar por lo civil lo que no pueden ganar por lo criminal, además de estar en nómina claro.

Anónimo dijo...

Coño, ¿y Mayor Orejas y su GC más su Prosegur no es "opción militar"?