EB-Zutik reitera su rechazo a la moción de censura contra ANV en Arrasate

Ya hay fecha para el pleno municipal en el que PNV y PSE presentarán una moción de condena al asesinato del ex-concejal socialista Isaías Carrasco. La alcaldesa de Arrasate, Ino Galparsoro (ANV) ha convocado la sesión, de carácter extraordinario, para el jueves 24 a las 19.00 horas. El texto acordado por jeltzales y socialistas exige la dimisión de aquellos cargos públicos que no manifiesten su repulsa al atentado que cometió ETA el pasado 7 de marzo. Salvo sorpresa improbable, ANV se abstendrá de "entrar en dinámicas de condena", abriendo de esta forma la puerta a la presentación, en un pleno posterior, de una moción de censura para desalojarla de la alcaldía y el gobierno municipal.

Sin embargo, la 'hoja de ruta' para restaurar la "dignidad democrática" en los ayuntamientos gobernados por ANV colisiona con la realidad de la aritmética electoral. El grupo municipal de EB-Zutik, que cuenta con tres concejales y que ha gobernado en coalición con ANV hasta el día del atentado, reiteró ayer que no observa elementos "nuevos" que le hagan replantearse su postura contraria a la moción de censura. De persistir en esta postura, las cuentas no salen y la alcaldesa de ANV seguirá en su puesto. Para desbancarla los proponentes necesitan sumar la mitad más uno del conjunto del pleno, es decir, "la mayoría absoluta del número legal de miembros de la Corporación", según el articulo 197 de la LOREG.

Por ahora sólo PNV, PSE y PP han mostrado su voluntad de llegar hasta el final exigiendo a ANV, en todos los ayuntamientos dónde ostenta la alcaldía, la condena del asesinato de Carrasco bajo la amenaza de la moción de censura. El resto de formaciones vascas no ha ocultado sus reticencias hacia una iniciativa que consideran puede desestabilizar aún más la ya de por sí revuelta situación política vasca.

Consciente de la situación, el dirigente del PSE-EE Rodolfo Ares no ocultó ayer su preocupación con la posición de algunos partidos, a los que acusó de "flaquear en la fortaleza democrática". Ares emplazó a estas formaciones a despejar sus dudas cuanto antes para poder actuar "juntos y unidos todos los demócratas". El dirigente del PSE-EE reconoció que "el principal objetivo" de su partido es que "triunfe" la moción de censura contra la primera edil de Arrasate, a la que tildó de dirigente "indigna".

Ares agradeció el gesto de EA de apoyar las iniciativas en Arrasate hasta sus últimas consecuencias, un gesto que, según aprobó ayer su ejecutiva, no tendrá continuidad en el resto de consistorios gobernados por ANV. En este sentido, Ares emplazó al partido de Ziarreta a que "reconsidere su decisión" sobre el argumento de que la sociedad vasca "reclama acuerdos de los partidos en esta materia".

Para EA, que ayer habló por boca de su presidente en Navarra, Maiorga Ramírez, lo que está buscando el PSE-EE es "tejer una trampa política" con el fin de obtener "ventajismo para situarse mejor en las instituciones". Según Ramírez, el caso de Arrasate "no es extrapolable" a otros municipios y advirtió a los socialistas de que no admitirán un "revival" del Pacto de Ajuria Enea.

Muy crítico con los socialistas se mostró el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta. En su opinión, con la moción de censura que está promoviendo en Arrasate el PSE-EE "se confunde" y "pueda dar la impresión de que busca una venganza" al asesinato de Isaías Carrasco. En última instancia, Aralar no acepta el aislamiento político de la izquierda abertzale y considera que la defensa de los derechos políticos "es imprescindible para ser coherentes con la defensa de los derechos humanos", subrayó Zabaleta.

Mientras el PP ya ha registrado propuestas en los ayuntamientos de Pasaia, Hernani, Soraluze y Arrasate promoviendo mociones de censura, PSE y PNV registraron el lunes en Elorrio la moción que el jueves 24 de abril se debatirá en Arrasate. En todos los casos, la respuesta de ANV ya fue avanzada por sus portavoces, que se negarán a condenar cualquier acto de violencia por considerar que se trata de un gesto estéril para la resolución del conflicto