Hacerse el sueco
Artículo de Juan Carlos Pérez Álvarez, militante de EA en Getxo.
En las últimas fechas no para de hablarse de temas económicos e impositivos. Unos hablan de tal o cual tipo impositivo con una alegria desbordante. Que a mi me gusta mas el cacao con avellanas, que a yo prefiero cacao negro y siempre acaba saltando el que lo quiere con leche. Aunque no esté enterado que la fábrica de productos lácteos no tiene convenio con nuestra empresa. En cualquier caso éste debate no se ha dimensionado en el ámbito correcto. Y hablamos por un lado del Estado de Bienestar y por otro de la ordenación interna de Euskadi: la LTH.
Por un lado es importante señalar que el Estado del Bienestar es un instrumento util a la hora de cohesionar a un pueblo. Hacerles sentir dentro de un proyecto común de país. En el que no se le mida a uno según cuanto disponga sino que sea un ciudadano con potencialidades y con derechos. Y unas necesidades que el estado tiene la obligación de satisfacer: una educación de calidad, una sanidad pública... Es importante que el sector público sea fuerte y con capacidad de liderar la economía que se maneja en el país. Tomando las iniciativas oportunas que hagan realidad que los pequeños proyectos personales puedan realizarse. Con el esfuerzo de cada uno, si. Pero teniendo en cuenta que todos nos tenemos los unos a los otros y el estado vela por todos nosotros. Al fin y al cabo el Estado no es más que la sociedad institucionalizada. Ellos somos nosotros. También.
La custión impositiva es fundamental a la hora de financiar lo anterior. Como dijo Winston Churchill, los impuestos son el pago por unos servicios que funcionen. Y ese pago ha de ser proporcional a la voluntad de acompañar a nuestra sociedad en su camino hacia una igualdad de capacidades, aptitudes y oportunidades. Una sociedad garantista. Una sociedad de progreso social. En la que todos puedan acceder a una vivienda digna. Ofertando alquiler. En la que una red de transporte publico en malla, que ponga la accesibilidad como principio sobre la noción de construir por construir. Una sociedad donde las obras publicas se ejecuten sobre la base de una necesidad comprobada y una viabilidad económica futura.
Es por ello que entro en el siguiente capítulo: la famosa LTH. Es importante que nos deshagamos de su corsé. El Parlamento Vasco es el que debe legislar sobre Hacienda. La Consejería de Hacienda es la que debe gestionar los dineros de vascas y vascos. Así podremos evitar el constante recurso por parte de sectores españolistas a la supuesta ilegalidad debido a su actual rango de norma foral. Una ley, como en el convenio navarro, salida del parlamento, será mas fuerte. Y desde un Gobierno Vasco será más facil implementar unas políticas sociales coherentes y que no se solapen las unas a las otras. Que no haya duplicidades en el gasto. Racionalizar.
Es importante que nuestro país tome conciencia de que el debate no es tanto un tipo de impuesto u otro, sino la necesidad de que el sector público cuente con financiación suficiente. Y entiendo que quien más debe aportar es quien más capacidad de aportar tiene. Y lo mismo vale para el IRPF y el impuesto de sociedades, impuestos directos, sobre los impuestos indirectos, como el IVA, que pagamos todos por igual, ricos y pobres. Impuestos progresivos y más justos. Y vigilar los rendimientos del capital. Y ser imaginativos. Darle vueltas al capítulo impositivo. Ambas facetas van de la mano. No podemos pensar en potenciar servicios de modelo nórdico y pagarlos con unos tipos impositivos del sur de Europa.
Eso me recuerda el porqué del título. Hace menos de un año visité Suecia. La cuna de la socialdemocracia basada en el Estado del Bienestar. Y pude comprobar, cuando visité el parlamento, que el actual gobierno conservador sueco se presentó a unas elecciones. Hace un lustro. Prometiendo que iban a tumbar el Estado del Bienestar. Los suecos hicieron piña con el partido socialdemocrata y los tumbados fueron ellos, los conservadores. En la pasada campaña prometieron respetar dicho modelo. Y así los suecos pudieron votar libremente con la seguridad de que su forma de vida estaba garantizada. Así son los suecos. Porque alguno por aquí, que debiera aprender de modelos como aquél, se quieren hacer los suecos. Pero no en el sentido que a mi me gustaría. Sino en del dicho popular. Ojala la izquierda seamos capaces de unirnos en éste tema y potenciar lo que creemos. Antes de que la derecha consiga barrerlo del listado de derechos proclamados pero no cumplidos. Brindo por Suecia. Por sus 75 años de modelo para Europa. No cambieis nunca.
1 comentario:
Culo y témporas en el discurso progre del al amigo de EA, al que yo le propongo lo siguiente: que siga luchando porque en las próximas elecciones autonómicas son se repita la coalición con el PNV y, entonces, veremos que representación tienen cada uno... por otro lado, me imagino que EA pedirá que desaparezcan las haciendas forales y que se recaude todo desde el centro...en fin...
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