Otro con lo de la acumulación de fuerzas
Entrevista a Joseba Azkarraga en Diario Vasco.
Joseba Azkarraga se perfila como el previsible hombre fuerte del próximo congreso de EA -algunas voces le sitúan incluso como tácito sustituto de Begoña Errazti al tratarse del dirigente que puede concitar mayor consenso entre los diferentes sectores del partido- pero él elude el asunto con una extrema cautela midiendo al milímetro sus palabras. "Confío en el acuerdo y en la integración", sostiene.
-Joseba Azkarraga tiene serias opciones de convertirse en el nuevo líder de Eusko Alkartasuna. ¿Estaría usted dispuesto a afrontar esa responsabilidad?
-Sabe usted que nunca me pronuncio públicamente sobre temas internos de mi partido. Simplemente le diré que dentro de EA hay muchas personas con capacidad suficiente para ello.
-¿Cree que Begoña Errazti debería presentarse a la reelección?
-Por supuesto yo debo respetar la decisión que Begoña Errazti adopte en este sentido.
-¿Ve factible un congreso de EA de integración y acuerdo? ¿Cuáles son los principales desafíos de EA?
-Estoy convencido de que va a ser así. Los debates sobre la ponencia política demuestran esa voluntad de integración y el 15 y 16 de diciembre se desarrollará un congreso de donde saldrá un partido cohesionado y fuerte dispuesto a coadyuvar en los desafíos que tiene nuestro pueblo: consecución de la paz; capacidad de decisión de la sociedad vasca y fortalecimiento social y económico de nuestro pueblo con atención especial a los sectores mas desfavorecidos. En definitiva conjugar la Euskadi social con la Euskadi de los derechos políticos. Independencia y socialdemocracia.
-La posibilidad de una coalición de partidos nacionalistas para las generales parece descartarse. ¿Piensa que aún puede ser posible?
-No descarto del todo ese escenario dentro del máximo respeto a los procesos internos de cada uno de los partidos. Debiera ser una entente amplia para aquellos partidos de obediencia vasca. Pero pienso que en las elecciones generales habría que acumular fuerzas en defensa de la hoja de ruta trazada por el lehendakari y del reconocimiento del derecho de decisión que incluye. No hay que echar del todo por tierra esta posibilidad.
-¿A qué partidos afectaría esa posible alianza?
-No es descartable que fuera a los del tripartito de gobierno.
-¿Y a Aralar?
-Tampoco lo descarto.
-Por otro lado, ha sorprendido la dureza inusitada de su respuesta a Patxi López sacando al 'señor X' de los GAL a relucir después de las críticas del dirigente socialista a la estrategia de defensa del lehendakari por citar a una serie de responsables de otros partidos
-Lo que resulta difícilmente entendible es que se intente jugar con un asunto tan serio. La defensa del lehendakari tiene la legitimidad y el derecho necesario para solicitar la comparecencia de los testigos que considere oportunos y sobre todo de aquellos que puedan explicar por qué en unos casos se puede dialogar con ETA y Batasuna y no pasa nada y cuando lo hacen otros deben sentarse en el banquillo. El circo mediático lo han creado quienes han impulsado políticamente este despropósito. Al señor López habría que pedirle un mínimo de lealtad. Resulta extraño escucharle que su caso es diferente al del lehendakari ya que él pidió permiso al juez Garzón para reunirse con Batasuna. Nunca las conversaciones políticas pueden estar tuteladas por un juez. Es tanto como hablar de una democracia tutelada.
-¿Cómo ve el juicio oral a Ibarretxe, López y Otegi?
-No quiero verlo. Espero que al final se imponga el sentido común y se ponga fin al constante objetivo de judicializar la vida política.
-¿Qué le dice la foto de ese banquillo?
-Si al final se produjera, deberíamos comenzar a dudar de la existencia de un verdadero Estado de Derecho. Criminalizar el dialogo político es no sólo una decisión no democrática sino un gran error que puede retrasar la solución a los problemas.
-¿Cómo cree que se está viviendo este asunto en el Poder Judicial?
-El Poder Judicial, como la propia sociedad, no vive instalado en el pensamiento único. Es plural. Tengo la convicción y también la evidencia de que lo está viviendo con preocupación por el propio descrédito al que la justicia está siendo sometida. La inmensa mayoría de los jueces y fiscales son profesionales que actúan desde el respeto a los principios de la justicia y al margen de ideologías políticas. El problema se suscita cuando unos pocos quieren controlar esa justicia para utilizarla contra las decisiones políticas que adoptan los gobiernos.
-¿Opina que hay margen de encuentro a medio plazo entre el Gobierno Vasco y el Gobierno central sobre el derecho de decisión?
-Hay tiempo. La lógica del diálogo como fórmula de solución a los conflictos se tiene que imponer. Resulta una incoherencia defender la necesidad de diálogo en Palestina o Irlanda y el derecho de autodeterminación en el Sahara como solución a sus problemas y negarlo ante problemas que se suscitan tan cerca de su casa. ¿Qué difícil resulta entender que quienes niegan el dialogo con un gobierno o un lehendakari democrático, hablen con ETA y Batasuna del derecho de decisión o de la territorialidad!
-¿Estamos abocados al 'conflicto democrático' entre las instituciones vascas y las del Estado?
-Yo no deseo ponerme en esa situación. Debemos militar en el sí. La sociedad quiere y necesita acuerdos. Está harta de las posiciones del no.
-En su partido se han escuchado en los últimos meses voces que se refieren a la confrontación política democrática y a la resistencia civil pacífica en el caso de que el Estado se niegue a buscar un acuerdo de normalización política. ¿Lo ve viable? ¿Hay una masa crítica en la sociedad vasca dispuesta a secundar esta estrategia?
-Nadie desea una confrontación y mucho menos nosotros. Pero quien continuamente está confrontando con este pueblo es el Estado cuando de manera continuada se nos niegan nuestros derechos. O cuando se viene incumpliendo unilateralmente desde hace 30 años una ley orgánica como es el Estatuto de Gernika.
-Un partido, como EA, que gestiona el Departamento de Justicia del Gobierno Vasco o el Departamento de la Hacienda Foral de Gipuzkoa, ¿puede desarrollar ese discurso en favor de la resistencia civil al Estado?
-Un partido como EA está obligado a defender democrática y pacíficamente sus posiciones políticas y entre ellas esta el derecho de decisión de la sociedad vasca. Por ello exigimos una actitud de respeto por parte del Estado.
-¿No cree que Ibarretxe y el PNV han terminado por esgrimir la bandera estratégica de EA precisamente en relación con el derecho de decisión y de dar por agotado el modelo autonómico?
-Yo quiero ser muy respetuoso con las posiciones de otros partidos y fundamentalmente con la posición del lehendakari Ibarretxe. Pero creo que nadie puede negar que la presencia de EA en las instituciones vascas ha posibilitado que hoy el derecho de decisión sea una reivindicación compartida y asumida por otros.
-De alguna forma eso practica un achique de espacios a EA como proyecto diferenciado en el espectro del nacionalismo vasco. ¿No le supone un problema a su partido?
-No. En todo caso lo que demostraría es la capacidad de EA para convencer de las bondades de sus posiciones.
-Seamos claros, ¿ese derecho de decisión que defiende el tripartito no es lo que clásicamente se entiende en la teoría política como derecho de autodeterminación?
-Depende de cómo se formule y qué se pregunte. La apuesta de EA es clara: derecho de autodeterminación para posibilitar el pronunciamiento de la sociedad vasca sobre las diferentes formulaciones de relación con el Estado o incluso sobre el derecho a la independencia, que es nuestro objetivo.
-Lo pregunto porque parece que ahora ese concepto es un talismán que incluso permite una cierta interpretación ambigua. Mire el caso de la última propuesta de Artur Mas. ¿Qué implica, a su juicio?
-No lo sé. El señor Artur Mas puede decir hoy una cosa y mañana la contraria. Porque después de su pacto con Rodríguez Zapatero para rebajar la capacidad de autogobierno del Estatuto catalán esa actitud tiene muy poco o nada que ver con reivindicar ahora la capacidad de decisión.
-Quienes cuestionan ese derecho de decisión sostienen que la relación entre Euskadi y España es eso, una relación de dos en la que también tiene que decidir el resto del Estado, no vale una rescisión unilateral del contrato
-El contrato se ha rescindido unilateralmente cuando el Estado ha hecho una interpretación unilateral del Estatuto de Autonomía. Yo nunca defenderé que los vascos impongamos nada a otros pueblos. Por tanto no puedo compartir que otros nos lo hagan a nosotros. La soberanía reside en el pueblo vasco y en sus instituciones. Las mismas instituciones que por mayoría absoluta aprobaron un nuevo Estatuto que fue rechazado por las Cortes Generales sin posibilidad de debate. Es hora ya de terminar con las imposiciones en las que a las instituciones vascas se les niega su capacidad de decisión a la vez que se impide y criminaliza el diálogo para la búsqueda de acuerdos.
-¿Le ha decepcionado el presidente Zapatero?
-Yo creo que Zapatero ha decepcionado a sus propios votantes. Nunca se ha creído que ganó las elecciones y ha gobernado con la tutela constante del Partido Popular. Todas las reformas legislativas que se aprobaron en el Gobierno del PP y que limitan derechos y libertades han sido mantenidas. La capacidad de autogobierno continúa igual que con el PP y, en materia de pacificación, tras anunciar su decisión de iniciar un proceso de diálogo, se ha estado jactando de haber hecho menos que los populares. Sinceramente este gobierno ha sido un fiasco.
-Ha sido la legislatura de un intento dialogado del final de la violencia. En su opinión, ¿por qué ha fracasado?
-Primero porque ETA no está madura y continúa haciendo oídos sordos a la voluntad de la sociedad vasca, que le exige su desaparición. Además, la actitud corrosiva del PP durante el proceso y la falta de audacia y coraje de Zapatero han impedido un proceso fuerte. Pero es cierto que nadie esperaba un proceso lineal y sin problemas, por tanto, debemos confiar en que pueda recuperarse y alcancemos definitivamente la paz. Lo que yo creo es que Batasuna debería ser la primera interesada en responder a una pregunta.
-¿Cuál?
-Qué es lo que está ocurriendo en esta sociedad vasca para que la detención de la gran mayoría de la Mesa Nacional de Batasuna pase socialmente sin pena ni gloria. Hay un gran cansancio que también está afectando a su propio mundo, que en gran medida está harto de violencia. Parece mentira que no se den cuenta de ese proceso y de la debilidad creciente a la que les está conduciendo su falta de personalidad política ante ETA.
-Da la impresión de que el lehendakari Ibarretxe y el tripartito vasco parece que quieren quitarse la espina por su supuesta marginación durante este proceso de paz. ¿Es así?
-Fuimos muy respetuosos con una actitud irresponsable donde unos y otros intentaron hacer del proceso un caladero de votos manteniendo al margen a las instituciones vascas y al resto de las fuerzas políticas. Y pese a eso, defendimos el proceso y no exigimos ninguna cuota de protagonismo, porque la consecución de la paz lo merecía. Pero con el fracaso del PSOE y Batasuna, ha llegado el momento de decir que a partir de este momento no habrá proceso sin la participación de las instituciones vascas.
-¿Habrá finalmente una consulta popular? ¿Cabe llevar a cabo una consulta popular que no está contemplada en la ley? ¿Esa consulta puede reforzar a ETA?
-Nunca la acción política puede reforzar a ETA. Al terrorismo se le gana desde la política, y la consulta es una forma de decir a ETA que la clave no la tiene ella sino los ciudadanos vascos. La consulta es legal y el compromiso expresado públicamente es que se celebrará. La pregunta que nos hacemos es: ¿por qué hay tanto miedo a que la sociedad vasca sea consultada? Sinceramente creo que la respuesta es que no hay miedo a la pregunta, sino a la respuesta de la sociedad. Esto es lo que verdaderamente preocupa al PP y al PSOE.
-¿Cómo es posible encauzar el conflicto político vasco si sólo se busca la terapia con la que está de acuerdo la parte nacionalista de la sociedad vasca?
-El conflicto lo deberemos resolver entre todos. Pero que nadie se llame a engaño. No se puede admitir que la no participación de alguno de los partidos políticos nos lleve a la inacción. Habrá acuerdo si se desea participar en el mismo y si no, habrá que aplicar las reglas de las mayorías. La no participación en los acuerdos para forzar el veto no debe de ser admitida. Parece que hay a quien le asusta afrontar un diálogo múltiple y multidireccional, sin exclusiones ni límites, porque temen que sus posiciones queden en minoría. Pero no se puede tener miedo al debate de las ideas.
-Y si en esa consulta se pregunta al final dar un aval a un final dialogado del terrorismo y luz verde a una mesa de partidos para buscar un acuerdo político sobre la normalización, ¿cree usted que servirá para mover a ETA?
-Insisto que estoy convencido de que a ETA se le ganará desde la política. Pero ETA no debe tener ninguna capacidad para condicionar las decisiones políticas. Una mesa de partidos deberá posibilitar que todas las opciones y todas las ideas puedan debatirse y en su caso, posteriormente, la sociedad pueda pronunciarse sobre ellas. Y ahí, también Batasuna tendrá algo que decir. Pero antes tiene que recuperar la voz de Anoeta porque hasta ahora esa voz ha sido callada y anulada por ETA.
-El lehendakari se comprometió en un principio a que la consulta popular se haría en ausencia de violencia. Ahora dice que ETA no puede marcar la agenda. ¿Ha cambiado las condiciones? Dice el ex primer ministro del Quebec Landry que allí no se podría realizar un referéndum con violencia.
-En un proceso resolutivo la ausencia de violencia es imprescindible. Pero no es éste el estadio en el que nos encontramos. Hablamos de consulta en base al principio ético y democrático. En este estadio en el que estamos ETA no puede condicionar la decisión de los ciudadanos. De lo contrario, en los más de 30 años de democracia no se habrían podido celebrar elecciones ni siquiera el referéndum sobre la OTAN. El PSE y PP convierten a ETA en el arma arrojadiza contra el nacionalismo vasco y aceptan así que la violencia marque el ritmo. Nosotros les decimos que no. Que no estamos dispuestos a que otros decidan por nosotros y que no hay excusas para demorar más los debates políticos pendientes.
-¿Bastaría una mayoría del 51% para cambiar el marco político?
-No sería lo mejor. No cabe duda de que los cambios del marco jurídico-político hay que intentar realizarlos con el apoyo de una mayoría importante. Pero si ésta no fuera posible, siempre será más democrático el 51% que el 49%.
-¿La estrategia que impulsa Ibarretxe es soberanista?
-La estrategia que se impulsa desde el Gobierno Vasco, es, fundamentalmente, democrática. No estamos hablando, en estos momentos, de derecho de autodeterminación. Pero desde los postulados de EA éste deberá ser el siguiente paso que la sociedad vasca tenga que dar.
-¿No le falta más claridad al proyecto soberanista vasco?
-El proyecto soberanista vasco es plural. Creo que a EA difícilmente se nos puede acusar de falta de claridad.
-ELA mantiene una dura confrontación con el Gobierno Vasco. También acusa al Ejecutivo vasco y al lehendakari de "ir de farol" con su propuesta de consulta...
-Yo, que soy militante de ELA, respeto las estrategias de todos y por tanto también las de los sindicatos. Pero aconsejaría que junto a la crítica también se realicen propuestas. Lo contrario no nos lleva a ningún sitio. Estar contra todo es una forma fácil de no comprometerse en nada.
3 comentarios:
Azkarraga es un poltronero con labia independentista.Nada mas.
Debemos olvidarnos de la acumulación de fuerza y comenzar a pensar en la acumulación de votos.
Azkarraga dijo una vez: "Nunca dejaré de militar en el partido al que perteneció Lurgorri". Lurgorri militó en el PNV. Y murió por ser del PNV. Pero Azkarraga dejó el PNV y ahora milita en EA. Y aspira a mangonear en el partido a través de presidenta interpuesta.
Con estos antecedentes, ¿Que valor tiene la palabra de Azkarraga?
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