Puede haber un punto de encuentro entre Ibarretxe y Zapatero tras las elecciones
Entrevista a Josu Erkoreka en Diario Vasco.
No descarta "un punto de encuentro" entre el lehendakari Ibarretxe y el presidente Zapatero después de las elecciones. Josu Erkoreka, portavoz del PNV en el Congreso y uno de los artífices del acuerdo presupuestario entre los jeltzales y el Gobierno del PSOE, ve luces y sombras en su relación parlamentaria con el Ejecutivo central pero se muestra muy crítico por el "bloqueo" del autogobierno. "No promovería una reforma del Estatuto vasco al estilo catalán", asegura.
-¿A pocos meses de que termine la legislatura cuál sería su balance de la relación entre el PNV y el Gobierno socialista?
-Ha tenido luces y sombras, acuerdos y desencuentros. Acuerdos en relación con los Presupuestos, por ejemplo, y muchos desencuentros en torno al desarrollo del autogobierno vasco, teniendo como tiene todavía pendientes algunos aspectos que no ha habido manera de avanzar con este Gobierno.
-¿A usted le ha decepcionado Zapatero?
-Te llevas una decepción si descubres algo que no conocías en un principio. Yo a Zapatero le ponderé bastante ajustadamente desde el principio. Conocía sus virtudes y algunos de sus defectos. No me he llevado una decepción.
-Ha dicho Iñigo Urkullu que prefiere a Zapatero como "lo malo conocido" que a Rajoy. ¿Comparte esta preferencia?
-Lo que pueda dar Rajoy como presidente del Gobierno es un enigma. A Rajoy le conocemos en otras funciones pero no como presidente. También es cierto que quienes más le conocían aseguraban que su estilo iba a ser muy diferente. El estilo es diferente pero en las tomas de posición han coincidido en los temas esenciales. Y a Zapatero sin embargo ya le hemos tomado la medida.
-Los votos del PNV han sido esta vez decisivos...
-Pocas veces suelen ser decisivos, pero en esta ocasión inesperadamente lo han sido.
-¿El apoyo en Madrid tiene que ver con un posible apoyo del PSE a los Presupuestos del Gobierno Vasco?
-En los últimos años se ha producido efectivamente un apoyo cruzado pero que no forma parte de una estrategia única, es decir, se han producido dos espacios de negociación y acuerdo, en Madrid y Vitoria. No había un compromiso recíproco aunque la sintonía alcanzada en Madrid en todo momento estaba insuflada de la expectativa de acuerdo en Euskadi.
-¿Este apoyo presupuestario a Rodríguez Zapatero es el último gesto del PNV liderado por Josu Jon Imaz?
-Hasta donde yo sé la actitud de nuestro grupo parlamentario en relación con el Presupuesto y en los últimos ejercicios ha contado con el aval unánime de la Ejecutiva del partido. No he visto voces discrepantes.
-¿Y de cara al futuro?
-Es difícil hablar de futuribles, habrá que ver cómo se desarrollan las elecciones, qué gobiernos se forman y si es posible llegar a acuerdos.
-¿Ve posible la presencia de un ministro del PNV?
-Lo veo muy difícil, pero no me gustan los dogmatismos.
-Lo hubo en su día con Irujo como ministro de Justicia del gobierno republicano.
-Fue en una situación muy excepcional, con una guerra ya iniciada y como precio al Estatuto.
-Hay sintonía en la negociación del Cupo y en las infraestructuras, pero persisten los desacuerdos sobre el desarrollo del Estatuto. ¿Qué pesa más?
-Hemos encontrado una actitud en el Gobierno de Zapatero asimilable a la actitud del Gobierno de Aznar de la mayoría absoluta. No han abierto la mano absolutamente en nada y nos hemos encontrado con una especie de actitud religiosa en la reserva de determinadas competencias por parte del Estado que se impone a los propios dictados y valores de la Constitución.
-¿La propuesta de Ibarretxe puede complicar una futura cooperación entre el Gobierno central y el PNV?
-Depende de la actitud que tenga el Gobierno central. Si hay disposición a entenderse, a hablar e incluso a llegar a un acuerdo será diferente a que el Gobierno cierre las puertas.
-Pues la primera reunión en Moncloa no arrojó un resultado muy optimista precisamente...
-Bueno, el encuentro entre el lehendakari y Zapatero fue la crónica de un desencuentro anunciado que no sorprendió a nadie, lo que no significa que tenga que seguir siendo así. La proximidad de las elecciones es un corsé que condiciona al presidente y a su partido a la hora de adoptar. En política ya sabemos que lo que hoy es imposible mañana puede ser factible y pasado mañana puede ser plausible.
-¿Pero usted realmente ve un punto de intersección entre la posición de Zapatero y la de Ibarretxe?
-Es un punto de intersección que atisbo en las declaraciones de los dos presidentes después del encuentro. Por ambas partes existe voluntad de seguir hablando tantas veces como sea preciso, lo que no es un dato a desdeñar. El presidente del Gobierno dijo que él operaba como únicos límites para cualquier diálogo con el lehendakari la Constitución y la ley. A partir de ahí el mismo Ibarretxe dijo en su rueda de prensa que su iniciativa no era ilegal ni pretendía vulnerar ninguna ley. Atendiendo a sus propias declaraciones hay un espacio evidente de intersección que no se puede hacer efectivo antes de las elecciones, pero puede haber un punto de encuentro entre las posiciones del lehendakari y Zapatero tras las elecciones.
-¿Pero usted cree que el derecho de decisión que se plantea es compatible con la Constitución que reserva la soberanía al sujeto político español?
-Hay lecturas de la Constitución que podrían permitir un determinado encaje del derecho de decisión.
-¿Planteado así como derecho de decisión?
-Planteado así o formulado como se quiera.
-¿Pero, insisto, la autodeterminación es posible dentro del ordenamiento jurídico español?
-Vamos a ver. Usted está utilizando conceptos que no son necesariamente sinónimos. Usted ha preguntado por el derecho de decisión y ahora salta con el derecho de autodeterminación. Sobre el derecho de decisión y su posible encaje en el marco constitucional hay pronunciamientos de juristas eximios, algunos de ellos artífices directos del propio texto constitucional, que tienen motivos también para saber cuál era la voluntad del legislador a la hora de redactar el texto constitucional y no plantean una incompatibilidad radical. El derecho de autodeterminación está recogido en documentos internacionales, suscritos y ratificados por España. Si hay voluntad política podría producirse un reconocimiento del derecho de autodeterminación sin vulnerar la Constitución.
-¿No hubiera sido más lógico una reforma consensuada del Estatuto vasco, un acuerdo primero entre vascos que luego fuera negociado en Madrid y finalmente sancionado en un referéndum?
-Hubiera sido una manera de garantizar que los obstáculos procedimentales fueran menores, no los obstáculos de fondo. Lo dijo Ardanza. Esa vía de los acuerdos transversales está explorada por él y con un resultado nefasto. Y nosotros, el grupo del PNV, somos el testimonio vivo de que hemos intentado avanzar por esa vía pero con resultados infructuosos.
-La vía de la acumulación de fuerzas y de la confrontación con el Estado, ¿es viable?
-Es una vía distinta, no digo que aquí haya acumulación de fuerzas o de confrontación democrática con el Estado. Son iniciativas que están al uso pero que difícilmente se pueden aplicar a lo que estamos propugnando. Que sea viable o no no lo sé, pero sé que la otra estrategia no sólo se ha intentado, sino que casi se puede decir que está agotada con un resultado casi nulo. Una reforma estatutaria al estilo catalán ahora no la promovería.
-¿Qué opina de la imagen del lehendakari Ibarretxe, Patxi López y Rodolfo Ares sentados en el banquillo por hablar con Otegi?
-Pues que es una aberración jurídica y un absoluto dislate.
-¿Después de las elecciones generales vería condiciones para alumbrar una nueva oportunidad de final dialogado del terrorismo?
-La resolución del Congreso no se ha revocado. Sigue teóricamente abierta la posibilidad de que si se dan las condiciones que se contemplan en esa resolución se pueda retomar un intento de fin dialogado. No existen esas condiciones inequívocas. Si en el futuro se dan no será el PNV el que se oponga a unas conversaciones.
-¿Será la dirección del PNV la que trace su estrategia de cara a la sesión de investidura?
-Sí, y entre otras cosas la que designará la candidatura del partido en las generales.
-¿El acuerdo sobre el derecho de decisión será la clave para que el PNV apoye o no la investidura de un candidato?
-Eso lo decidirá el partido, hay que tener muy presente que la investidura es una sesión y después de esa sesión hay cuatro años de legislatura y de actividad legislativa en la que habrá posibilidad de presentar iniciativas. La estrategia la decidirá cuando corresponda la ejecutiva del partido, en su momento, lo mismo que la candidatura, yo mismo no sé si concurriré. No se puede designar una estrategia circunscrita sólo a la sesión de investidura.
-¿Se está difuminando la tradicional bicefalia del PNV?
-¿Alguien pone en cuestión que la autoridad suprema corresponde al EBB y en su caso a la Asamblea Nacional? No conozco a nadie que lo haya puesto en cuestión.
-¿Josu Jon Imaz ha sido un buen presidente del PNV?
-Yo creo que sí, personalmente no tengo más que motivos de agradecimiento, tengo una gran sintonía con él como por otra parte siempre ha sido así en la historia del PNV entre el presidente del EBB y el portavoz del Grupo Vasco.
-¿Quizá Imaz ha ido demasiado lejos en sus tesis?
-Él ha dado sus razones.
-¿Volverá algún día a la política activa?
-Si decide hacerlo tendrá pleno derecho como militante del PNV.
-Urkullu se perfila como presidente. Usted ha dicho que encarna un perfil de integración de sensibilidades. ¿Por qué?
-Los presidentes del partido deben servir de espejo de una militancia que es heterogénea. No sólo hay dos almas, hay muchas más sensibilidades. Yo matizaría mucho lo del movimiento pendular entre pragmáticos y radicales. Hay muchos registros. Yo soy del mundo euskaldun, soy de la costa, he conocido el partido en el mundo castellanoparlante, tiene sus matices. No es lo mismo Ondarroa y Oion. Si alguien conoce bien el partido es Íñigo Urkullu. Su abertzalismo nadie lo cuestiona.
-¿El PNV afronta preocupado las elecciones?
-No veo motivos para pensar que el resultado vaya a ser malo. Puede haber algún tropezón local, pero tenemos buenas expectativas. El PNV aspira a ser más central que nunca.
-¿Y la posibilidad de una coalición de los partidos de "obediencia vasca", como propone Egibar?
-Veo que es de difícil viabilidad esa propuesta, entre otras cosas porque se supone que iría fundamentalmente dirigida a EA, que es un partido que precisamente ha rechazado en un congreso ir en coalición electoral con el PNV.
No descarta "un punto de encuentro" entre el lehendakari Ibarretxe y el presidente Zapatero después de las elecciones. Josu Erkoreka, portavoz del PNV en el Congreso y uno de los artífices del acuerdo presupuestario entre los jeltzales y el Gobierno del PSOE, ve luces y sombras en su relación parlamentaria con el Ejecutivo central pero se muestra muy crítico por el "bloqueo" del autogobierno. "No promovería una reforma del Estatuto vasco al estilo catalán", asegura.
-¿A pocos meses de que termine la legislatura cuál sería su balance de la relación entre el PNV y el Gobierno socialista?
-Ha tenido luces y sombras, acuerdos y desencuentros. Acuerdos en relación con los Presupuestos, por ejemplo, y muchos desencuentros en torno al desarrollo del autogobierno vasco, teniendo como tiene todavía pendientes algunos aspectos que no ha habido manera de avanzar con este Gobierno.
-¿A usted le ha decepcionado Zapatero?
-Te llevas una decepción si descubres algo que no conocías en un principio. Yo a Zapatero le ponderé bastante ajustadamente desde el principio. Conocía sus virtudes y algunos de sus defectos. No me he llevado una decepción.
-Ha dicho Iñigo Urkullu que prefiere a Zapatero como "lo malo conocido" que a Rajoy. ¿Comparte esta preferencia?
-Lo que pueda dar Rajoy como presidente del Gobierno es un enigma. A Rajoy le conocemos en otras funciones pero no como presidente. También es cierto que quienes más le conocían aseguraban que su estilo iba a ser muy diferente. El estilo es diferente pero en las tomas de posición han coincidido en los temas esenciales. Y a Zapatero sin embargo ya le hemos tomado la medida.
-Los votos del PNV han sido esta vez decisivos...
-Pocas veces suelen ser decisivos, pero en esta ocasión inesperadamente lo han sido.
-¿El apoyo en Madrid tiene que ver con un posible apoyo del PSE a los Presupuestos del Gobierno Vasco?
-En los últimos años se ha producido efectivamente un apoyo cruzado pero que no forma parte de una estrategia única, es decir, se han producido dos espacios de negociación y acuerdo, en Madrid y Vitoria. No había un compromiso recíproco aunque la sintonía alcanzada en Madrid en todo momento estaba insuflada de la expectativa de acuerdo en Euskadi.
-¿Este apoyo presupuestario a Rodríguez Zapatero es el último gesto del PNV liderado por Josu Jon Imaz?
-Hasta donde yo sé la actitud de nuestro grupo parlamentario en relación con el Presupuesto y en los últimos ejercicios ha contado con el aval unánime de la Ejecutiva del partido. No he visto voces discrepantes.
-¿Y de cara al futuro?
-Es difícil hablar de futuribles, habrá que ver cómo se desarrollan las elecciones, qué gobiernos se forman y si es posible llegar a acuerdos.
-¿Ve posible la presencia de un ministro del PNV?
-Lo veo muy difícil, pero no me gustan los dogmatismos.
-Lo hubo en su día con Irujo como ministro de Justicia del gobierno republicano.
-Fue en una situación muy excepcional, con una guerra ya iniciada y como precio al Estatuto.
-Hay sintonía en la negociación del Cupo y en las infraestructuras, pero persisten los desacuerdos sobre el desarrollo del Estatuto. ¿Qué pesa más?
-Hemos encontrado una actitud en el Gobierno de Zapatero asimilable a la actitud del Gobierno de Aznar de la mayoría absoluta. No han abierto la mano absolutamente en nada y nos hemos encontrado con una especie de actitud religiosa en la reserva de determinadas competencias por parte del Estado que se impone a los propios dictados y valores de la Constitución.
-¿La propuesta de Ibarretxe puede complicar una futura cooperación entre el Gobierno central y el PNV?
-Depende de la actitud que tenga el Gobierno central. Si hay disposición a entenderse, a hablar e incluso a llegar a un acuerdo será diferente a que el Gobierno cierre las puertas.
-Pues la primera reunión en Moncloa no arrojó un resultado muy optimista precisamente...
-Bueno, el encuentro entre el lehendakari y Zapatero fue la crónica de un desencuentro anunciado que no sorprendió a nadie, lo que no significa que tenga que seguir siendo así. La proximidad de las elecciones es un corsé que condiciona al presidente y a su partido a la hora de adoptar. En política ya sabemos que lo que hoy es imposible mañana puede ser factible y pasado mañana puede ser plausible.
-¿Pero usted realmente ve un punto de intersección entre la posición de Zapatero y la de Ibarretxe?
-Es un punto de intersección que atisbo en las declaraciones de los dos presidentes después del encuentro. Por ambas partes existe voluntad de seguir hablando tantas veces como sea preciso, lo que no es un dato a desdeñar. El presidente del Gobierno dijo que él operaba como únicos límites para cualquier diálogo con el lehendakari la Constitución y la ley. A partir de ahí el mismo Ibarretxe dijo en su rueda de prensa que su iniciativa no era ilegal ni pretendía vulnerar ninguna ley. Atendiendo a sus propias declaraciones hay un espacio evidente de intersección que no se puede hacer efectivo antes de las elecciones, pero puede haber un punto de encuentro entre las posiciones del lehendakari y Zapatero tras las elecciones.
-¿Pero usted cree que el derecho de decisión que se plantea es compatible con la Constitución que reserva la soberanía al sujeto político español?
-Hay lecturas de la Constitución que podrían permitir un determinado encaje del derecho de decisión.
-¿Planteado así como derecho de decisión?
-Planteado así o formulado como se quiera.
-¿Pero, insisto, la autodeterminación es posible dentro del ordenamiento jurídico español?
-Vamos a ver. Usted está utilizando conceptos que no son necesariamente sinónimos. Usted ha preguntado por el derecho de decisión y ahora salta con el derecho de autodeterminación. Sobre el derecho de decisión y su posible encaje en el marco constitucional hay pronunciamientos de juristas eximios, algunos de ellos artífices directos del propio texto constitucional, que tienen motivos también para saber cuál era la voluntad del legislador a la hora de redactar el texto constitucional y no plantean una incompatibilidad radical. El derecho de autodeterminación está recogido en documentos internacionales, suscritos y ratificados por España. Si hay voluntad política podría producirse un reconocimiento del derecho de autodeterminación sin vulnerar la Constitución.
-¿No hubiera sido más lógico una reforma consensuada del Estatuto vasco, un acuerdo primero entre vascos que luego fuera negociado en Madrid y finalmente sancionado en un referéndum?
-Hubiera sido una manera de garantizar que los obstáculos procedimentales fueran menores, no los obstáculos de fondo. Lo dijo Ardanza. Esa vía de los acuerdos transversales está explorada por él y con un resultado nefasto. Y nosotros, el grupo del PNV, somos el testimonio vivo de que hemos intentado avanzar por esa vía pero con resultados infructuosos.
-La vía de la acumulación de fuerzas y de la confrontación con el Estado, ¿es viable?
-Es una vía distinta, no digo que aquí haya acumulación de fuerzas o de confrontación democrática con el Estado. Son iniciativas que están al uso pero que difícilmente se pueden aplicar a lo que estamos propugnando. Que sea viable o no no lo sé, pero sé que la otra estrategia no sólo se ha intentado, sino que casi se puede decir que está agotada con un resultado casi nulo. Una reforma estatutaria al estilo catalán ahora no la promovería.
-¿Qué opina de la imagen del lehendakari Ibarretxe, Patxi López y Rodolfo Ares sentados en el banquillo por hablar con Otegi?
-Pues que es una aberración jurídica y un absoluto dislate.
-¿Después de las elecciones generales vería condiciones para alumbrar una nueva oportunidad de final dialogado del terrorismo?
-La resolución del Congreso no se ha revocado. Sigue teóricamente abierta la posibilidad de que si se dan las condiciones que se contemplan en esa resolución se pueda retomar un intento de fin dialogado. No existen esas condiciones inequívocas. Si en el futuro se dan no será el PNV el que se oponga a unas conversaciones.
-¿Será la dirección del PNV la que trace su estrategia de cara a la sesión de investidura?
-Sí, y entre otras cosas la que designará la candidatura del partido en las generales.
-¿El acuerdo sobre el derecho de decisión será la clave para que el PNV apoye o no la investidura de un candidato?
-Eso lo decidirá el partido, hay que tener muy presente que la investidura es una sesión y después de esa sesión hay cuatro años de legislatura y de actividad legislativa en la que habrá posibilidad de presentar iniciativas. La estrategia la decidirá cuando corresponda la ejecutiva del partido, en su momento, lo mismo que la candidatura, yo mismo no sé si concurriré. No se puede designar una estrategia circunscrita sólo a la sesión de investidura.
-¿Se está difuminando la tradicional bicefalia del PNV?
-¿Alguien pone en cuestión que la autoridad suprema corresponde al EBB y en su caso a la Asamblea Nacional? No conozco a nadie que lo haya puesto en cuestión.
-¿Josu Jon Imaz ha sido un buen presidente del PNV?
-Yo creo que sí, personalmente no tengo más que motivos de agradecimiento, tengo una gran sintonía con él como por otra parte siempre ha sido así en la historia del PNV entre el presidente del EBB y el portavoz del Grupo Vasco.
-¿Quizá Imaz ha ido demasiado lejos en sus tesis?
-Él ha dado sus razones.
-¿Volverá algún día a la política activa?
-Si decide hacerlo tendrá pleno derecho como militante del PNV.
-Urkullu se perfila como presidente. Usted ha dicho que encarna un perfil de integración de sensibilidades. ¿Por qué?
-Los presidentes del partido deben servir de espejo de una militancia que es heterogénea. No sólo hay dos almas, hay muchas más sensibilidades. Yo matizaría mucho lo del movimiento pendular entre pragmáticos y radicales. Hay muchos registros. Yo soy del mundo euskaldun, soy de la costa, he conocido el partido en el mundo castellanoparlante, tiene sus matices. No es lo mismo Ondarroa y Oion. Si alguien conoce bien el partido es Íñigo Urkullu. Su abertzalismo nadie lo cuestiona.
-¿El PNV afronta preocupado las elecciones?
-No veo motivos para pensar que el resultado vaya a ser malo. Puede haber algún tropezón local, pero tenemos buenas expectativas. El PNV aspira a ser más central que nunca.
-¿Y la posibilidad de una coalición de los partidos de "obediencia vasca", como propone Egibar?
-Veo que es de difícil viabilidad esa propuesta, entre otras cosas porque se supone que iría fundamentalmente dirigida a EA, que es un partido que precisamente ha rechazado en un congreso ir en coalición electoral con el PNV.
5 comentarios:
Erkoreka sabe mejor que nadie que esa puerta esta tan cerrada como la de la foto que tiene por detras.
me parece que la entrevista que le han hecho a Josu Erkoreka es una buena entrevista. Es una persona inteligente y equilibrada, un abertzale de tomo y lomo que sabe distinguir el polvillo de la pajilla. Si tuviéramos más Erkorekas otro gallo cantaría a este Partido. Me alegré mucho al leerlo. Significa prestigio para nuestro Partido. Un "Hurra" por él.
Interesante entrevista la de Josu Erkoreka. Acuerdo, pacto, intersección....en definitiva conceptos para la solución, más allá de planteamientos populistas y demagógicos de acumulacíón de fuerzas que no llevan más que al enquistamiento del problema. No han sido acaso los conceptos esgrimidos por Erkoreka los que han apuntalado el autogobierno de nuestro pueblo?. Acaso hemos olvidado Txiberta?.
Nota: si determinados afiliados del batzoki de Donostia Antigua quieren rescatar la doctrina egibarriana del "Euskalherria Bai" que planteen el debate dónde, cúando y cómo toca.
Descuida Irune. Lo harán. Joxeba tiene previsto presentar la propuesta de gran coalición en la primera reunión del nuevo EBB. La idea no es suya, pero ha tenido mucho interés en ser el primero en venderla ante la ciudadanía. Quiere ser su alma mater. Y de ello depende además su prestigio en Gipuzkoa. Si no va en coalición, los resultados de las elecciones le pueden poner en evidencia.
Creo que no habéis leido bien la entrevista. Cuando le preguntan sobre la transversalidad, responde: "Lo dijo Ardanza. Esa vía de los acuerdos transversales está explorada por él y con un resultado nefasto. Y nosotros, el grupo del PNV, somos el testimonio vivo de que hemos intentado avanzar por esa vía pero con resultados infructuosos". ¿En qué casan estas palabras con las transversalidades que algunos predican?
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