Agirre no teme que le desalojen de la Diputación de Álava y defiende su gestión

Lleva semanas oyendo hablar de la posibilidad de que le desalojen de su responsabilidad de gobierno en la Diputación de Álava, pero Xabier Agirre no lo considera algo preocupante para él y sus compañeros de Gabinete; sí para los alaveses. Y, por eso ayer, al tiempo que aclaraba no tener "ningún miedo a perder el sillón", explicaba las razones que mueven al PP y desveló algunas de las irregularidades de la gestión de los populares cuando dirigieron la Diputación.

"No sería ningún drama perder la Diputación alavesa con una moción de censura que el PP busca desesperadamente ante su derrumbe electoral", enfatizó Agirre, indicando cuál puede ser la razón principal de la insistencia de los populares con el cambio en Álava: su necesidad de liderar una institución para consolidar su electorado.

Agirre replicó a esas acusaciones vertidas por los populares acerca de su "nefasta" gestión al frente de la Diputación alavesa -entre ellas las que realizó el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal- dando a conocer algunos "pecados" cometidos durante los ocho años de mandato de Ramón Rabanera.

A ese respecto, explicó que el "más grave" de esos "pecados" es que "ocultaron al Consejo Vasco de Finanzas una recaudación de un millón de euros por un bien recibido de una deuda tributaria en 2006, que evitó que los ayuntamientos y el Gobierno Vasco entrasen en el reparto". Una situación esta última de la que, indicó el diputado general de Álava, su Gabinete ha tenido conocimiento y que ha solucionado durante este mismo mes. Del mismo modo, denunció que dos diputados del PP utilizasen en su día las furgonetas del parque de automóviles de la Diputación alavesa para realizar sendos viajes a los Alpes, uno de ellos con chófer, y otro diputado cogiese durante un mes el vehículo más moderno de ese mismo parque automovilístico para hacer más de 3.000 kilómetros durante sus vacaciones. Agirre también criticó a los populares por la balsa del Noryeste, que "no retiene agua y costó 30 millones de euros" o por "arrasar las arcas forales con la AP-1", que pasó de los 122 millones de euros presupuestados a 182 millones, además de otros 42 millones más que reclaman los contratistas.

En contraposición a todo esto y como defensa de la gestión jeltzale en el Ente foral alavés, subrayó que su Gobierno ha invertido un total de 747 millones de euros en medidas contra la crisis, mientras el PP creó durante ocho años "una institución solamente para los suyos, sin credibilidad, caduca y que concluyó en 2007".

El PP, erre que erre Mientras, el PP da por sentado que habrá un cambio de Gobierno en la Diputación de Álava. No sabe cuándo, pero sí que se producirá, a juzgar por las declaraciones de sus líderes en Euskadi. Ayer, la parlamentaria Laura Garrido insistía en ello, argumentando que lo "normal" es que su partido tome las riendas del Ente foral. Por un lado, porque "el partido que está en el actual Gobierno es la tercera fuerza y el PP fue la primera fuerza en aquellas elecciones". Y, por otro, porque -y éste es un argumento que emplean mucho últimamente-, a su juicio, la gestión del PNV en esa institución no es la que debería

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