Zapatero promete «no fallar» al lehendakari ni a los vascos y apoyarles para «erradicar» a ETA

«No voy a fallar al lehendakari ni a la mayoría de los vascos». El presidente del Gobierno hizo la promesa ante el equipo completo de Patxi López, que ayer le acompañó en el primer mitin que ofrece en el País Vasco desde que juró su cargo. «Tendrá mi apoyo para erradicar la violencia y a todo el que la apoya», dijo José Luis Rodríguez Zapatero. «Para que esta tierra no siga secuestrada por dogmas de la historia que nunca tuvieron razón, ni por violentos que manchan el nombre de Euskadi cada vez que matan».

La primera Fiesta de la Rosa que los socialistas celebran desde el Gobierno Vasco sirvió para reafirmar el mensaje de «unidad» para sacar adelante «la Euskadi del siglo XXI» y para decir definitivamente a ETA «que su tiempo ha terminado» y que «Euskadi está harta, harta, harta de la violencia».

Para esa labor, Zapatero reclamó la colaboración del PNV, «porque sabemos lo que representa en la sociedad vasca» y que «la Euskadi viva hay que hacerla con todos», al tiempo que se vanaglorió de que «esto es lo que nos diferencia» del modelo jeltzale.

El líder del PSOE se hizo eco del mensaje de mano tendida que también lanzó su predecesor en el atril, Patxi López. El lehendakari aseguró que ha llegado al poder «para sumar voluntades y juntos enfrentarnos a los problemas», y se comprometió, en esa línea, a no proponer «ni una sola política que margine a nadie».

El discurso se dirigía especialmente a los nacionalistas, «a pesar de que no nos lo van a poner fácil», dijo. «He venido a dejarme la piel, con aciertos y con errores, pero no a gobernar contra nadie ni a pasar facturas», aseveró. Aún y todo, y por si el guante del acuerdo no es recogido por el principal partido opositor, recordó -sin nombrar expresamente al PP- que «tenemos un pacto que garantiza la estabilidad para toda la legislatura».

El lehendakari repasó las primeras decisiones adoptadas por su Ejecutivo en materia económica, de ayuda social, de transferencias o de reconocimiento a las víctimas, e insistió en que el Gobierno del País Vasco «no es para los socialistas, sino para todos. Cada ciudadano es un consejero de este Gobierno y su opinión es tan valiosa como la del resto».

López se felicitó por «un sueño conseguido», por que «la primavera ha llegado y las rosas han florecido», pero aseguró, en un discurso íntegramente en castellano, que «ahora empieza todo» el trabajo para conseguir la paz y «hacer de Euskadi la tierra de la convivencia y el mestizaje, del euskera y el castellano».

El reto del cambio en Euskadi se unió ayer al reto del cambio de color en Europa. A siete días de las elecciones, López, aludiendo al lema de la campaña socialista, recordó que «todos los partidos se juegan en Europa», y reclamó el apoyo a sus candidatos, Ramón Jáuregui y Eider Gardiazabal, para evitar «que se construya la Europa de la especulación, de la marginación social, de las 65 horas o del despido libre».

En esta lid, en la que escapa de las mugas del País Vasco, es en la que los socialistas arremetieron contra el PP y, sobre todo, contra su candidato, Jaime Mayor. Zapatero tachó su proyecto de «ultraconservador», José Antonio Pastor, el líder del PSE en Vizcaya, fue más allá y afirmó que «es más carca que la madre que lo parió», y Jáuregui lo situó en «lo más antiguo y reaccionario que cabe pensar». En esencia, lo contrario a la «Europa del progreso, la paz, la justicia y la solidaridad con el Sur» que prometen construir los candidatos socialistas, «siguiendo el relato político de lo que somos».

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