El PNV mantendrá su pacto en el gobierno de la Diputación con los escindidos de EA

El PNV mantendrá su pacto de gobierno en la Diputación de Gipuzkoa con los miembros de Alkarbide, la formación escindida de Eusko Alkartasuna, y da legitimidad a los cargos públicos que el sector de Iñaki Galdos pretende seguir ostentando. Los jeltzales desoyen de esta forma el llamamiento de la dirección nacional de EA, que les exigió romper con los críticos al considerar que se trata de un claro caso de «transfuguismo político» y que el acuerdo foral se suscribió con el partido. El propio Galdos, que también es teniente del diputado general, reafirmó ayer que los escindidos mantendrán sus cargos, que son de titularidad personal, por respeto «a los electores que nos votaron», y negó que sean tránsfugas.

El portavoz de la Diputación, Eneko Goia, puso voz a la parte del PNV en el gobierno foral y recordó, en declaraciones a este periódico, que el acuerdo que llevó a Markel Olano al poder tenía «base parlamentaria» y se suscribió con el grupo juntero de EA, compuesto en su integridad por miembros de la nueva formación Alkarbide.
Goia agregó que su formación se atiene a lo firmado con el grupo de Galdos y considera que «no ha habido un cambio programático por lo que el pacto de gobierno sigue vigente». El portavoz foral no quiso entrar a valorar si los siete junteros «eran antes de EA y ahora son de Alkarbide», antes de insistir en que el acuerdo de gobierno se firmó con «ese grupo juntero».

Goia mostró su respeto por el proceso interno que vive EA y no quiso valorarlo. «Nosotros ni entramos ni salimos», concluyó. La formación jeltzale logró acceder a la Diputación gracias al decisivo apoyo del grupo de EA encabezado por Galdos. Peneuvistas y socialistas empataron a 16 escaños y los siete junteros de EA desequilibraron la balanza al optar por reeditar la coalición nacionalista en detrimento de un pacto con el PSE-EE. La semana pasada, al cumplirse dos años de las elecciones forales de 2007, el propio diputado general hizo un balance muy positivo de la labor del Ejecutivo de PNV y EA, y alabó su «cohesión».

Por tanto, los representantes peneuvistas en el Gobierno foral desoyen la petición expresa que realizó el miércoles el vicepresidente de EA, Koldo Amezketa, que defendió que los cargos públicos que desempeñan los miembros de Alkarbide pertenecen a las siglas por las que se presentaron, es decir EA, por lo que el PNV debería romper con ellos. Amezketa esgrimió que existe un pacto con los peneuvistas para evitar casos de «transfuguismo como éste»

Después de las duras palabras del actual dirigente de EA, que estuvo respaldado por históricos del partido como el propio fundador, Carlos Garaikoetxea, era esperada la reacción de Iñaki Galdos. El portavoz de Alkarbide replicó ayer, al final de un pleno de las Juntas Generales en Mutriku al que acudieron los junteros y diputados forales señalados, en su primera aparición tras la escisión. Galdos reiteró que la intención de sus compañeros de corriente es mantener sus cargos institucionales en la Diputación y las Juntas, ya que «se deben a los electores» que les «eligieron en las elecciones forales de 2007». Argumentó que «los electores nos dieron su apoyo en base a un programa, unas candidaturas y un mensaje totalmente diferente del que está trasladando la Ejecutiva Nacional» en favor de un polo soberanista de izquierdas y abertzale.

El líder del sector crítico no quiso responder lo que considera «descalificaciones» de Amezketa y negó cualquier acusación de «transfuguismo». Para ello, tiró de hemeroteca y emplazó a repasar lo ocurrido hace 23 años, cuando Eusko Alkartasuna se escindió del PNV, con el fin de ver cómo se justificó esa ruptura y darse cuenta «del paralelismo que aquella situación mantiene con la actual», en la que los escindidos mantuvieron sus cargos públicos.

En esta línea, defendió que los siete junteros críticos como él y los diputados de Hacienda, Política Social e Innovación, Pello González, Maite Etxaniz y José Ramón Guridi, respectivamente, se sienten «legítimos» representantes de los «35.000 votos obtenidos» por EA en los últimos comicios forales. Galdos contrapuso este buen resultado con el cosechado en las últimas autonómicas tras las decisiones de la Ejecutiva de EA, «en contra de la opinión» del sector crítico, a la hora de «elaborar las listas, y elegir a los candidatos guipuzcoanos y la estrategia. «El electorado no ha sentido como propio ese mensaje», expuso en alusión al batacazo electoral.
Sobre las especulaciones de un posible paso de los críticos al PNV tras la escisión, Galdos reiteró que quienes piensen eso «se equivocan» y que no se integrarán en el PNV. «Llevamos oyendo eso desde e 1999 y seguimos aquí, en el espacio que creemos que ha abandonado EA», zanjó el miembro de Alkarbide.

No obstante, indicó que eso no quita para que se pueda «colaborar» en la «creación de un liderazgo institucional» estratégico con la formación jeltzale como ha ocurrido en los últimos años en el Gobierno Vasco o la Diputación de Gipuzkoa. En esta batalla interna, en vísperas del congreso que elegirá los próximos días 20 y 21 a la nueva dirección, Gipuzkoa se ha convertido en el territorio clave, al ser el lugar donde más fuerza tiene EA, aunque también es el territorio donde más adeptos tienen los críticos.

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