Hay que simultanear la búsqueda de la paz y la política; son vasos comunicantes

Entrevista a Iñigo Urkullu en El Correo.

Iñigo Urkullu está de mudanza. Tras su proclamación como líder del PNV, se afana en empaquetar sus efectos personales para trasladarse del despacho del presidente del Bizkai buru batzar -que aún ocupa- a la planta noble de Sabin Etxea. A la vez, despacha maratonianas sesiones de entrevistas encadenadas, planifica la redistribución de los dirigentes peneuvistas en la sede bilbaína y echa balones fuera cuando se le piden concreciones sobre el futuro. Por ejemplo, elude aclarar si el PNV cuenta con los votos de EHAK para que la 'hoja de ruta' de Ibarretxe prospere en el Parlamento. Eso sí, empieza el mandato marcando el terreno de juego respecto a su predecesor: cierra filas con el lehendakari, apuesta por abordar la normalización política aunque ETA siga en activo y dedica a los socialistas, a partes iguales, ácidos reproches y crudas advertencias.

-¿El PNV tiene líder para largo?

-(Sonríe). No puedo responder; asumo el compromiso con la esperanza de un mandato fructífero. Estamos a lo que los afiliados digan.

-¿Con su negación taxativa de las dos almas del PNV intenta evitar que le pregunten si es usted soberanista o autonomista, radical o moderado?

-Es para corregir un cliché de años. Se ha hecho leyenda del PNV, de la supuesta convivencia de las almas pragmáticas y esencialistas. La cuestión queda zanjada en la ponencia política, en la que delimitamos nuestros objetivos: la construcción nacional basada en la recuperación de la soberanía nacional y en la existencia de hombres y mujeres libres y la combinación de la firmeza en los principios con la flexibilidad en la práctica política.

-Defínase entonces. ¿Es ése hombre pragmático y ortodoxo a la vez del que se habla?

-Lo soy. Las personas convivimos con dos maneras de sentir y actuar. Me considero un hombre de partido con absoluto respeto a la ortodoxia en cuanto a los principios pero también en cuanto a la flexibilidad pragmática.

-¿Deberá nadar entre dos aguas?

-No, en absoluto. Si el PNV está aquí después de 112 años de historia es porque nos mueve seguir reivindicando nuestras aspiraciones nacionales, pero sabiendo que para conseguirlas tenemos que ir de la mano de una mayoría de la sociedad vasca. Firmeza y flexibilidad.

-De momento, se ha ganado los elogios del PSOE y las críticas de Batasuna por mentar la Constitución. ¿Buena o mala señal?

-Son interpretaciones interesadas para su propio mundo y para desgastar al PNV. Si el PSOE me alaba, muy bien, pero que sea consecuente con una interpretación leal de la Constitución. Y denuncio que no es leal a una interpretación correcta de la disposición adicional primera, que recoge la actualización de los derechos históricos. También lancé una advertencia: que sepa el PSOE que el PNV nunca va a renunciar a sus principios. No le van a valer los halagos que interesadamente quiera hacer.

-¿Y cómo debe interpretarse su 'recado' sobre la posibilidad de que el PNV se replantee la "concordia" si Ibarretxe recibe otro portazo?

-El que lo tiene que interpretar es el destinatario del mensaje.

-¿Y cómo debe interpretarlo, pues, el Gobierno central?

-Ellos lo sabrán.

-Pero sonó muy duro.

-Sí, claro, porque creo sinceramente que a Josu Jon no se le ha correspondido de forma leal a su política de cobertura en el intento de proceso de pacificación, no ha habido gestos en materia de normalización política. Están muy bien las loas en el Congreso o en los medios de comunicación pero yo no estoy dispuesto a las alabanzas. Queremos voluntad política, un ejercicio de solución al problema político. Y no hemos recibido ese pago.

-No aclara lo de la advertencia.

-Sabe el PSOE que reivindicamos un verdadero estado plurinacional. Sabe que está en situación de no mayoría absoluta, y sabe que no es suficiente con intentar satisfacernos con un determinado caramelo. Además de los grandes pronunciamientos ideológicos, hay otras cuestiones del día a día de los vascos, como el desarrollo del autogobierno o el blindaje del Concierto. Son materias muy serias ante las que vamos a poner pie en pared.

-A la vista de su crítica al PSOE, ¿es su intención mantener la sintonía institucional?

-No podemos obviar la realidad: no hay gobiernos monocolores y debemos dar respuesta a los problemas sociales con acuerdos razonables. Siempre y cuando nos movamos en esos parámetros, el PNV hará ese ejercicio pero eso no quiere decir una vinculación ni de por vida ni definitiva con ningún partido.

-¿Le molesta que se diga que es Ibarretxe quien manda en el PNV, que ése ha sido el precio del consenso?

-No me molesta, porque tenemos muy claro -y ha sido ratificado por la asamblea- el carácter de bicefalia del PNV. Es un ejercicio sano y compartido por Ibarretxe: debe haber ámbitos diferentes, el del partido y el del lehendakari, y hay una sintonía absoluta entre ambos.

-Ibarretxe traspasó esa línea al aventurar el sentido del voto del PNV en la investidura de Zapatero.

-Y yo siendo portavoz dije que es respetable, pero que son cuestiones que competen al EBB y a la asamblea nacional.

-O sea, que no le gustó nada.

-Entiendo que el lehendakari hace esas reflexiones en un contexto y en un tiempo determinado, y es obvio que nos corresponde a nosotros como PNV desbrozarle el camino.

-¿Y de qué va a depender la posición del PNV en la investidura, supongamos, de Zapatero?

-Hay una cuestión previa a despejar: si hay voluntad política o no. A lo largo de su historia, ha sido el PNV el que ha puesto encima de la mesa gestos: lo hizo en la Transición al no votar en contra de la Constitución tras cuarenta años de represión franquista. Y después no hemos visto una correspondencia leal, ni con el intento de la LOAPA, ni con el Estatuto, ni en el texto de la mesa de Ajuria Enea Hablamos de acuerdos entre los partidos y entre las instituciones vascas y el Estado. ¿Qué más podemos decir al Gobierno si reconocemos que existe un problema político? Negar su existencia supone perpetuarlo.

-Pero, ¿no contempla que la propuesta contribuya a avivar la confrontación institucional?

-Me parecería una insensatez y un ejercicio de infantilismo político.

-Se supone que cerrarán filas con el lehendakari hasta que hablen las urnas. De momento, las encuestas no les son muy favorables.

-Es verdad que tenemos que hacer una reflexión porque quizá no hemos hecho bien las cosas en los últimos cuatro años. Tenemos que hacernos merecedores de la confianza de la sociedad. Pero en las urnas en marzo no se vota la propuesta del lehendakari.

-Pero en octubre sí.

-Primero tiene que llegar junio. Quiero ir paso a paso.

-Por cierto, ¿el 25 de octubre habrá consulta o autonómicas anticipadas?

-(Sonrisa). Quiero llegar a junio.

-Admita que ha hecho sus cálculos.

-Ojalá haya una consulta popular como consecuencia de un acuerdo político entre el lehendakari y el presidente del Gobierno español.

-Vayamos a junio pues y al Pleno del Parlamento. ¿Prefieren que la propuesta del lehendakari salga con los votos de EHAK o que no salga?

-Ésa es una pregunta que responderé cuando llegue el momento.

-Va a llegar.

-Ya, pero hasta entonces pueden pasar muchas cosas.

-¿Por ejemplo?

-La coyuntura política está a la espera de los resultados electorales, a la espera de lo que haga o deje de hacer el mundo de la izquierda radical abertzale

-Lo que no parece que vaya a cambiar es la 'llave' de EHAK.

-Ya, pero no sabemos cuál es la postura de cada uno, y, por eso, no me voy a enredar ahora en ese análisis. Prefiero insistir en que estamos en un ejecicio de responsabilidad ante la sociedad vasca, para poder ofrecerle un acuerdo político.

-Y el mundo a construir con Batasuna del que habló el domingo -si se desmarca de ETA-, ¿apunta hacia una estrategia de acumulación de fuerzas nacionalistas?

-No, no. Hay todo un mundo a construir pero hoy día no tenemos ningún ámbito de responsabilidad compartido. Si hubiera una ideología abertzale en ese mundo, ¿por qué no podemos construir un mundo desde el debate, la discrepancia o incluso la sintonía? Pero siempre con una premisa básica: la disociación del terror. Y subrayo: terror. Hay gente que pasa miedo en la sociedad vasca, y ante eso no podemos echar la vista atrás.

-O sea, que no hay nada que hacer con Batasuna.

-Nada, no. Hablar, sí. Hay una diferencia entre hablar y dialogar y llegar a acuerdos y compartir responsabilidades. Y ahí no podemos. No podemos construir nación sin ciudadanos, sin ciudadanos libres.

-¿Y de qué hablarían?

-De que tengan autonomía política.

-¿Es factible que eso pase?

-No creo que las circunstancias que está viviendo ese mundo sean las más propicias para que haya una clarificación. Pero, ojalá.

-¿Sigue siendo válido el axioma de que primero es la paz y después la política?

-No, creo que los dos principios, el ético y el democrático, son vasos comunicantes en la política vasca. Nada hay por encima del respeto a los derechos humanos y al derecho a la vida, pero tampoco podemos caer en la resignación de que ETA marque la agenda. A quien se la marca, sobre todo, es a la izquierda radical.

-Eso es justo lo contrario de lo que decía Imaz. ¿Cree que ahora es necesario buscar simultáneamente la paz y los acuerdos políticos?

-Sí, totalmente.

-¿Por su experiencia cree que en un futuro proceso de paz harán falta garantías añadidas?

-El alto el fuego de 2006 era indefinido y permanente. Ahora reclamamos un alto el fuego definitivo, porque ETA no puede seguir pretendiendo tutelar la vida política.

-¿Le preocupa la desmovilización y la desunión contra ETA?

-No creo que la sociedad esté menos concienciada contra ETA. Es posible que la dinámica PP-PSOE haya provocado hartazgo a la ciudadanía, al ver que han interpretado la política antiterrorista a conveniencia de parte. Y que han utilizado el sufrimiento de las víctimas.

-Hay quien echó de menos en su discurso una mención al atentado de ETA en Capbreton y a sus víctimas.

-Es un discurso de proclamación y no puede estar al albur de una coyuntura puntual por muy desgraciada que haya sido, veinticuatro horas antes. Hice un ejercicio de proclamación de un presidente que mira por todas las víctimas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

..."abordar la normalización política aunque ETA siga en activo" ..."no estar al albur de un coyuntura puntual"...!bien empezamos!

Anónimo dijo...

Me ha gustado su comentario sobre Imaz.Es un hombre leal y sensato.Me gustaria ver en Ajuria Enea a Imaz y a Urkullu en Sabin Etxea.Cuando toque.Sera un buen tandem.Cuando toque.No antes.

irune dijo...

Creo que Iñigo Urkullu lo hará bien. Espero que no se olvide de quién le ha pasado el testigo....espero a que esté atento a las jugadillas y zancadillas del superabertzale que se ha cargado el Partido en Gipuzkoa y que está haciendo hacer el mayor de los ridículos a Markel Olano en la Diputación Foral de Gipuzkoa me refiero claro a Joseba Egibar. El de las caras nuevas para los tiempos nuevos. El irresponsable. El que piensa y decide con las tripas. El estadista de tres al cuarto. El que nos va a liberar Euskadi. cúanto cinismo, cúanto aprobetxategi y cuanta hipocresía. !!

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo con Irune;
solamente añadir que estamos esperando a que el responsable del Partido en Gipuzkoa, junto con su GBB asuman la responsabilidad de los resultados electorales,
¡¡ dimitiendo.... que iluso verdad?