La Junta rechaza todas las propuestas del Consejo

La Junta General de Accionistas propinó una severa derrota al Consejo de Administración de la Real al rechazar todos los puntos del orden del día sometidos a votación en la asamblea de ayer por un amplio margen.

El rechazo a las propuestas del equipo de Badiola ascendió al 57% de las acciones presentes y representadas en los dos puntos de mayor calado, la exposición de las actividades de gestión y la revocación del equipo auditor.

Iñaki Badiola ha perdido en cinco meses de gestión más de dos tercios del apoyo que tuvo para acceder a la presidencia. Si el 3 de enero recibió el respaldo de 57.004 acciones, ayer su informe de gestión se quedó en sólo 18.396, que representan el 14% del total del capital social de la Real.

Su derrota en la Junta no fue menos llamativa, puesto que su cota máxima de apoyo apenas alcanzó el 39,24% en un punto tan farragoso como la delegación de facultades para elevar a público los acuerdos adoptados y se quedó en el 34,21% en el informe de gestión.

La derrota del Consejo de Administración fue contundente en lo cuantitativo y también en lo cualitativo, puesto que los asuntos sometidos a votación no eran una cuestión baladí sino el eje mismo de su política de gestión, con la due diligence como herramienta fundamental y soporte para el resto de acciones de gobierno de la sociedad.

Del mismo modo que Iñaki Badiola logró un triunfo incontestable en enero, su posición salió debilitada de la Junta de ayer, ya que sólo cuenta con el respaldo explícito del 14% de los accionistas de la Real.

El rechazo unánime de todos los puntos del orden del día no impide que el Consejo siga en su puesto y en pleno desempeño de sus funciones, puesto que la Junta no se posicionó sobre la continuidad de los rectores de la sociedad. De hecho, el portavoz leyó el resultado de las votaciones y dio por concluida la Junta a renglón seguido, a pesar de que una accionista pidió la remoción del Consejo, sin ser escuchada. Lo cierto es que el rechazo a su gestión debilita la posición del Consejo ante sus accionistas y condiciona su futuro.

Al término de la Junta el encargado de dar explicaciones fue el portavoz del Consejo, Luis María Antoñana, en lugar del presidente, como venía siendo norma y sucedió el 3 de enero.

El rechazo a su gestión por parte del 57,43% de las acciones presentes en la Junta debilita de forma importante la estrategia que el presidente expuso pocos minutos antes a la sala para reconducir el rumbo económico crítico de la sociedad.

Iñaki Badiola había cargado en las espaldas de la Diputación, Kutxa y el Ayuntamiento de San Sebastián la responsabilidad de garantizar la supervivencia de la Real. El presidente blanquiazul admitió abiertamente que el pago de las fichas de los jugadores del 30 de este mes depende de que el ente foral ingrese a la Real una cantidad antes de final de mes y admitió que su «plan de viablidad» consiste esencialmente en llegar a un acuerdo con la Diputación y Kutxa para renegociar la deuda.

Según contabilizó en la respuesta a un accionista, son los dos acreedores principales de la sociedad, el ente foral en siete millones de euros y la caja, en ocho.
Además, el presidente colocó otra pelota en el tejado del Ayuntamiento de Donostia y su alcalde, a quien conminó a aceptar su oferta de compra del estadio de Anoeta por 17 millones de euros, como solución necesaria para reflotar a la Real.

Su derrota podría situarle en una posición de debilidad a la hora de negociar esos acuerdos para rebajar o eliminar la deuda con las instituciones, posibilidad que ya avanzó el portavoz en la presentación al admitir que en caso de que esos acuerdos no fueran posibles por algún motivo se produciría «la obligación legal de acudir al concurso de acreedores voluntario», es decir, recurrir a la ley concursal.

El presidente blanquiazul dibujó una situación económica crítica, en parte por su decisión de reformular la contabilidad de la sociedad desde la etapa de José Luis Astiazarán, auditada y aprobada por sucesivas Juntas Generales, asunto sobre el cual se pronunció en contra la Junta de Accionistas. En su discurso aseguró que «a 31 de diciembre de 2007 nos encontramos un balance muy malo, nada que ver con lo que nos dijeron. Había unos fondos propios negativos de 25 millones, a diferencia de los seis positivos que nos dijeron».

En su larguísima exposición no articuló más propuestas para solucionar la crisis que el recurso a las instituciones y los ingresos provenientes de China, que rescató para la ocasión.

Tras describir la situación en la que a su juicio estaba el club cuando se hizo cargo de la presidencia, Badiola pasó a rendir cuentas de los 166 días que ha permanecido al frente de la entidad.

Los datos económicos que ofreció se corresponden con las cifras que ayer publicaba este periódico, que no desmintió. Confirmó que el dinero que ha aportado a través de Lighthouse son los 2,33 millones del préstamo proveniente de Estados Unidos. También admitió que de ese dinero se devolvieron a Lighthouse 133.000 euros, «porque la Real no los necesitaba en ese momento». Las cifras de las operaciones de los cedidos, sus sueldos y las comisiones pagadas a los representantes coinciden con las ofrecidas ayer por este diario.

La Junta despidió con frialdad al Consejo una vez conocido el desenlace de la votación y apenas hubo manifestaciones en un sentido u otro. El Consejo anunció, como estaba previsto, su voluntad de continuar en su cargo, pero en todo caso los próximos días contribuirán a aclarar la situación. De momento, con la temporada terminada hay margen para un análisis más sosegado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No se puede andar de chulo por la vida como anda este sujeto.Que se vaya de una vez.

Anónimo dijo...

No está de más recordar que además de este chulo impresentable, hubo otra Junta anterior que bajó el club a segunda y escaparon todos como ratas. Era el equipo de Miguel Fuentes, que fue apoyado con focos y televisiones por Egibar. Este Stalin, todo lo que toca lo estropea.

Anónimo dijo...

A mi no me gusta nada el futbol y menos un equipo que se llama LA REAL SOCIEDAD O SUCIEDAD.
He visto a Iñaki Galdos hablar de las ayudas de la Diputacion a la Real y que sin eso no vive y pasa a segunda B.Pues que pase y se sanee de todos los cuervos que vuelan a su alrededor.
A mi me gusta el balonmano y no recibimos ayuda alguna de la Diputacion.
Todo esto es una verguenza.Y muy sucio.

Anónimo dijo...

La Real puede seguir el camino de otros clubes "históricos". Es decir, la desaparición. 25 millones de euros de deuda, diga lo que diga la contabilidad, es una quiebra como un piano.
Badiola es un listillo insufrible (y nosotros un poco-bastante gilipollas). Peron ¡¿Cómo van a pagar las instituciones públicas las desastrosas gestiones de una sociedad anónima PRIVADA?!. ¿Estamos locos?. Una cosa es que den una cantidad anual como ayuda camuflada de cosa publicitaria, otra bien distinta es que paguen los sueldos y se olviden de la brutal deuda tributaria. ¿Qué hace a la Real diferente a los ciudadanos y empresas de la provincia a la hora de pagar impuestos?.
Pero, ¿no iban a pagar los chinos?.
¿Cuántos accionistas tiene la Real?. ¿Y abonados?. ¿Cuántos habitantes tiene Gipuzkoa?. ¿Son todos de la Real?. Estoy seguro que, sumando los seguidores gipuzkoarras de otros equipos de futbol, serían casi tantos como los de la Real.
Por otro lado, ¿recibirán los otros clubes profesionales de futbol. balonmano y basket (que, por cierto, está en la ACB) el mismo trato y ayudas que ahora recibe la Real?.
¿Cuánto cobra un jugador del Eibar?. ¿Cuánto cuesta el equipo que, recordemos, está en la misma categoría a las instituciones públicas?.
¿Cuánto debe la Real Sociedad de San Sebastián a las instituciones publicas: Seguridad Social, Ayuntamiento, Diputación Foral,...),
¿Cuánto ha arriesgado Badiola en la Real?. ¿Desde cuándo es socio?.

Anónimo dijo...

Acabo de leer lo de la reunión de Galdos y González con Badiola. Parece increible. Los dos primeros, preocupados. El segundo, optimista. ¿No le faltará un verano?.
Como decía alguien por ahí arriba, cualquier empresa privada de Gipuzkoa (la Real lo es) tiene derecho al mismo trato que el equipo de futbol.
Por otro lado y si, como parece vamos a meter el dinero de nuestros impuestos en este club, lo lógico es que de la gestión económica -de futbol sabemos todos un güev´- se encargen funcionarios de Hacienda.
Una cosa más, ¿se equipararán los sueldos de los jugadores realistas a los del Eibar (que, por cierto, es mi único equipo)?.