La lección que Ibarretxe no ha aprendido

Oscar Rodríguez Vaz, Parlamentario vasco y secretario general del Grupo Parlamentario del PSE-EE, en Noticias de Gipuzkoa.

Visto el resultado que arrojaron las urnas el 13 de mayo de 2001, así como la situación en que quedó la sociedad vasca tras más de tres años de enfrentamiento entre bloques, el PSE-EE reflexionó y cambió su rumbo. Llegamos a la conclusión de que el enfrentamiento no conducía a nada y que, sin embargo, trasladaba mucha frustración y crispación a la ciudadanía vasca, además de mucha desconfianza a la sociedad española en su conjunto. Todo ello se traducía en menores expectativas de progreso para Euskadi en todos los ámbitos, ya fuera el social, el político o el económico.

El trabajo no ha sido fácil y hemos tenido que dejar muchos pelos en la gatera. Además, ha sido un proceso no exento de jirones internos para el PSE-EE, cuyo último capítulo lo ha protagonizado Rosa Díez. Pero nuestro objetivo era intentar acabar con el enfrentamiento descarnado entre unos demócratas y otros, entre unos vascos y otros; era romper los muros que -al margen de quién pusiera la primera piedra-, todos contribuimos a construir. Y habrá que concluir que, en gran medida, lo hemos conseguido.

Desde el inicio de la legislatura en 2005, el PSE-EE ha contribuido sobremanera a tranquilizar la vida institucional vasca. Afirmación que se puede resumir básicamente en dos hechos. En primer lugar, hemos colaborado de forma determinante para sacar adelante las leyes más importantes en el Parlamento Vasco -Suelo, Aguas y compromiso de modificación de la Ley de Exclusión Social y la Carta de Derechos Sociales -, incluyendo dos presupuestos, tras casi dos lustros de prórrogas, presupuestos no natos y "errores" en las votaciones.

Y, en segundo lugar, hemos apostado -y lo seguimos haciendo sin contemplaciones- por la necesidad de entendimiento entre abertzales y autonomistas, para darle un nuevo impulso a nuestra comunidad y, de esta forma, poner los problemas de la gente por encima de las batallas identitarias -lógicas, dicho sea de paso, en toda sociedad compleja como la vasca-.

Si a esta actitud de los socialistas vascos le añadimos la forma de gobernar del PSOE desde marzo de 2004, con su acreditada sensibilidad autonómica, anclada en la profunda convicción de que las comunidades autónomas también son Estado -lo que, a la vez, ha conseguido no alimentar el victimismo de los nacionalistas más radicales, que se han quedado sin "enemigo exterior"-, se puede decir que hemos subido muchos enteros en convivencia en los últimos años.

Sin embargo, y a pesar de la evolución de casi todos los actores políticos desde el 13-M, el lehendakari Ibarretxe está absolutamente anclado en el pasado, lo que me hace pensar que está amortizado. El lehendakari, o no sacó ninguna lección, o sacó la lección equivocada, de los años de enfrentamiento entre bloques. Como prueba, la huida hacia adelante que protagonizó el pasado viernes.

Hay que recordar que a la derrota inapelablemente legal de su plan en las Cortes Generales, la ciudadanía vasca le inflingió otra no menos inapelable derrota, esta vez electoral, al restarle 140.000 votos a su formación en las elecciones autonómicas del 2005.

A pesar de todo, Ibarretxe sigue "erre que erre" con sus fracasadas ofuscaciones, en esta ocasión disfrazadas de consultas varias. Lleva nueve años remando en contra de la transversalidad, en contra del encuentro entre las dos grandes almas políticas de Euskadi, en contra de compartir un proyecto de vida entre diferentes. Es verdad que si lo hiciera, no sería él. Pero lo que realmente siento es que en el pleno de Política General celebrado ayer, volvió a perder una oportunidad de plantear un acuerdo para construir país juntos.

Es duro decirlo, pero no nos merecemos este lehendakari. No nos merecemos que nuestro máximo representante institucional presente proyectos para fracturar a la sociedad en dos mitades. Esta actitud es irresponsable, reprobable e impropia de cualquier gobernante en democracia, pues su principal objetivo debiera ser precisamente el de garantizar la cohesión de la sociedad a su cargo. Aunque visto lo grande que le queda este objetivo, podría al menos tratar de cohesionar a su gobierno en torno a temas tan vitales para el futuro de nuestro país como es laY ferroviaria.

Así pues, en el curso político que comenzamos nos emplearemos a fondo -espero que de la mano de la gente sensata del nacionalismo institucional, que es la gran mayoría- con el objetivo de no volver al pasado en Euskadi y de parar los pies al lehendakari y su Plan Ibarretxe bis antes de avanzar en el camino, otra vez más, hacia un callejón sin salida.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Dijo uno de los oradores el domingo en Foronda que de lo que se trata en eso de la "transversalidad" es quién la lidera: el PNV o el PSOE. Se ve que estos últimos se van a poner las pilas en esta dirección.
Así que, desde un blog jeltzale les propongo a los socialistas algo que les puede servir para ganarnos ese liderazgo: que desempolven el informe Zubia (Zapatero lo conoce), aquel de 1993 en las que el Parlamento Vasco, con el apoyo de todos los grupos, acordaban las transferencias pendientes del estatuto de Gernika y la forma de llevarlas a cabo. Que Zapatero (de la mano de Lopez como aspirante a nuevo lider)llame al gobierno vasco y le ofrezca completar el estatuto en esos términos. Todo legal y con acuerdo previo (¡¡ya han pasado 14 años!!). De paso, que Lopez desempolve también aquel artículo que escribió Ramon Jauregi en el 93:"postnacionalismo" y que lo lleve a la práctica, que sea cierto que el estatuto de Gernika en su "integro cumplimiento" es cosa también de los socialistas. Además, si es así, desactivaran la iniciativa de Ibarretxe y gran parte de la ponencia política de EAJ y podrán decir que ya han aplicado 2l "no imponer no impedir" (a su modo)

Me temo que hasta que, a no se que Lopez llegue a la lehendakaritza, no harán nada parecido (y si lo hacen será descafeinado), o quizá sí y mis prejuicios no me dejen ver la bondad de pse... ...con Nico Redondo y Savater no pudieron ganar a los abertzales en las urnas y ahoran lo intentan otra vez. Es legítimo, de eso se trata en democracia. Pero que quede claro: la experiencia demuestra que son unos falsos (aún sin pepiño blanco y chivite), Zapatero lleva tres años sin querer cumplir la ley y sin aceptar un acuerdo de hace 14 años. Eso tienen que echarle en cara los jeltzales a estos socialistas... ¿pude haber arreglo? Algún socialista leerá esto pero, ¿demostrarán con los hechos que estoy equivocado y lanzarán publicamente la inciativa o se dedicarán a echar la culpa a ese lehendakari "que no nos merecemos"? Me temo que Lopez no va a poder demostrar que es mejor que Ibarretxe.

Anónimo dijo...

Lo mejor es que empecemos a trabajar ya. Pero por la vía de hecho. No con declaraciones que no van a ninguna parte. Con los hechos. El domingo le vi a Chueca paseandose por la campa junto con Joseba Egibar. Llevaba en el pecho una pegatina que contaba los días que faltan para la consulta. Yo le pediría que pegase esa pegatina en las botellas de chacolí Txomin Etxaniz que comercializa en España. ¿No es eso la confrontación? Pues eso. ¡QUe tenga dos cojones y lo haga!

Anónimo dijo...

Elola,

El que piensa asi cree en la politica frentismos y no en llegar a acuerdos con el Estado, que es lo que basicamente propone el lehendakari. Yo si somos independientes me gustara celebrarlo con txakoli con ostras francesas o chorizo de la Rioja, porque me gustan.

Anónimo dijo...

Lo del Lehendakari es política de acuerdos?¿Cual es el acuerdo que se propone?

Anónimo dijo...

Vi con estupor cruzar la campa el domingo a Egibar y a Txueka.Parecia que eran dos torreros que iban en Illumbre a torear.Solo saludaban a los suyos.Por ejemplo no saludaron a la gente de Txabarri.
Txueka el txakolinero llevaba una pegatina donde decia que faltaban solo 256 dias para el referendum.Pero tambien para que su txakoli se deje de vender en Madrid.¿Se ha dado cuenta Txueka de lo arriesgado de su apuesta?.
¿Cree Txueka que puede jugar con fuego?.¿Cree Txueka que siendo diputado español le van a dejar que los domingos sea abertzale con Egibar y los mares michelin con Zapatero?.¿Cree Txueka que la gente es tonta?.

Magneto dijo...

¡Se ha tocado la fibra sensible!. O por lo menos es lo que parece a tenor de las reacciones suscitadas en el entorno de los mal llamados "constitucionalistas españoles". El PP directamente nos amenaza con la fuerza bruta, con el impedir "como sea" la consulta que plantea el Lehendakari. Es su gran baza electoral para intentar regresar a la Moncloa....

El PSOE, mientras tanto, hace cálculos. Y ve que las cuentas están ahí, ahí... Así que ha decidido montarse en el caballo del Apostol Santiago y, espada en ristre, exclama aquello de "¡Por Dios y Cierra España!", "¡Ibarretxe me vas a Oir!". Y con eso espera poder frenar al PP y evitar la posible sangría de votos.

Y a mí todo esto me hace pensar: ¿por qué será que a un partido político español le supone un plus frente a los electores españoles el hecho de oponerse a la VOLUNTAD de los vascos? ¿los españoles premian el hecho de "someter" a los vascos? ¿tienen algún título de propiedad sobre nuestras vidas y haciendas?. Parece ser que así lo creen. Somos tierra conquistada, y NUNCA podremos separarnos de España. Y digo que a mí todo esto me hace pensar y concluir: NUNCA PODREMOS CONVIVIR "TRANSVERSALMENTE" CON ESTA GENTE. Con un país que desprecia lo que no entiende, que teme al distinto, que está dispuesto a todo con tal de que los que no son como ellos no se puedan expresar y vivir como tales. Yo no quiero pertenecer NI UN MINUTO MÁS a un estado así.

Realmente tenemos por delante un desafío importante, un enemigo poderoso y muchos dentro de casa que no están por la labor. Pero estamos obligados a persistir en el intento. No podemos desfallecer. El tirar la toalla (como muchos en el Partido han hecho hace ya muchos años) sólo nos conduce a un sitio: a languidecer como Pueblo, a desaparecer de la Historia.

Cada vez lo tengo más claro: debemos de construir un ESTADO VASCO INDEPENDIENTE, con presencia en la ONU, integrado en la CEE y en la OTAN, y con una red de embajadas en todos los centros de decisión del mundo. España no quiere un pacto de convivencia con Euskadi, no quiere una "relación amable" con los vascos. Lo que quiere es que los vascos dejen de serlo. España es un país xenófobo, profundamente ignorante, con nulas capacidades para la Democracia. Yo con éstos no quiero tener nada que ver.

Necesitamos un Plan de Acción urgentemente. Hay que diseñar los pasos, elaborar el planning, designar los responsables y ponernos en marcha. Y habrá que hacerlo hacia afuera y hacia adentro. Tenemos trabajo que hacer.