No imponer, no impedir: negociar

Editorial de Noticias de Gipuzkoa.

La realidad es tozuda, y tiene además la peculiaridad de que lo de hoy será en breve lo de ayer. Esa tozudez de la realidad dejará muy pronto en fuegos de artificio las rotundas conclusiones que políticos, medios y analistas dedujeron del encuentro entre el presidente español, Rodríguez Zapatero, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe .

Se cumplió el trámite, se interpretó el guión, y no defraudaron a nadie. Zapatero sacó pecho para asegurar que Ibarretxe no va a convocar consulta alguna, faltaría más. Ibarretxe sacó pecho para asegurar que su hoja de ruta seguiría adelante, haya o no acuerdo con Zapatero. Por supuesto, tanto a Ibarretxe como a Zapatero les llovieron las críticas y hasta los insultos, unos por pasarse y otros por no llegar.

Dejando de lado las reacciones obvias, de esta entrevista pueden deducirse reflexiones más hondas, más positivas que la mera histeria. Tanto el lehendakari como Zapatero tienen su parte de déficit y su parte de activo en este asunto. Ibarretxe tiene en su contra que su propuesta no cuenta con un consenso amplio y ha sido considerada como una imposición o decisión unilateral. En su favor, que no se puede exigir a su propuesta como punto de partida lo que debiera ser la culminación, el acuerdo entre todos. Además, y también a su favor, el haber agitado una situación petrificada, el abrir un proceso cerrado a cal y canto.

A Zapatero le asiste todo el derecho a no estar de acuerdo y a expresarlo con firmeza. Hubiera sido una insensatez aceptar la propuesta del lehendakari en el presente contexto electoral y con el PP dispuesto a ir a por todas. Ha sabido escuchar durante dos horas lo que el PP hubiera despachado en dos minutos. Por otra parte, el déficit del presidente español está en su negativa -al menos, aparente- a dialogar, a negociar los puntos mínimos de acuerdo para desbloquear una situación indeseable.

Tanto a Zapatero como a Ibarretxe, después del puro alboroto de ayer, les queda una tarea pendiente: para que uno no imponga y el otro no impida, sólo queda negociar. Lejos del ruido mediático y el exabrupto político en torno al encuentro en Moncloa, la sociedad vasca contempla atónita la escena y espera que haya habido una voluntad discreta de llegar algún día a algún acuerdo que le devuelva la paz y la esperanza.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Se cumlio el guion,y,ahora¿que?.

Anónimo dijo...

Nik galdetuko dut.

Nik galdeketa martxan jarriko dut

Kontsulta aurrera doa

¿Nola?

Ez dakit

Ez dut jakingo ere

Anónimo dijo...

¿Habeis visto el informativo de cuatro? Les leen los labios a Zapatero y a Ibarretxe. Zapatero le dice "sebes que tu iniciativa no va a salir adelante" y el lehendakari contesta "sí, ya lo sé". O sea, ni él se cree esta milonga. Nos mete en esta dinámica infernal y ni él se lo cree.
Es horroroso todo esto. Que paren esto que me apeo.

Anónimo dijo...

Veremos que sucede despues de Marzo

Anónimo dijo...

Eso, como los burros pálante y sin mirar a los lados, pero el que sujeta la zanahoria por detrás con un palito y directo al precipicio es el abuelo que quiere cambiar de burro.

Anónimo dijo...

Me atrae la ingenuidad de gente como ashet, que nos remite a la situación posterior a marzo. Hace falta ser candido para tener esperanzas como las suyas. Mira, ashet, si gana Rajoy, el sopapo que nos darán será histórico. Y si no nos aplican el art. 155 de la COnstitución, contentos. Y si gana zapatero, nos darán también un sopapo, pero sin ruido. O con menos ruido. ¿Alguien es tan bobo de creer que el presidente de Gobierno de un Estado como el español, cuya opinión pública es más nacionalista española que un botijo, va a conceder a los vascos el derecho de autodeterminación?

Dios mío. Hasta donde pueden llegar las alucinaciones

Anónimo dijo...

De acuerdo con Beldarrain. Los que dicen que hay que esperar a marzo, me parecen tontos de remate. Ni antes ni después de marzo, ni Zapatero, ni Rajoy reconocerán que el pueblo vasco tiene derecho a decidir y lo va a poder hacer en un referéndum.

Anónimo dijo...

Yo discrepo con Beldarrain. Yo creo que después de las elecciones, Zapatero cambiará de opinión. Por eso creo que todos los abertzales tenemos que hacer campaña a favor de Zapatero.

Primer objetivo: Que gane Zapatero
Segundo objetivo: Que una vez nombrado presidente, diga lo que realmente piensa, y no lo que dijo el martes en la Moncloa: Que el vasco es un pueblo con derecho a decidir su futuro.

Pero para ello, tiene que ganar. Por eso, todos los batzokis a su servicio. Que los de mecánica electoral de Bilbao se enteren de una vez. Nuestro candidato es Zapatero. Porque si gana, es seguro que cambiará de discurso. El Lehendakari le ha convencido. Le ha convertido en un abertzale.

Anónimo dijo...

Me sorprende la opinión de gentes como Beldarrain: según lo que comentas, el Nacionalismo Vasco no tiene nada que hacer, la batalla está perdida de antemano. Es decir, sería mejor ir formulando unos nuevos Estatutos para EAJ-PNV en los que no se diga ya eso de que "Euzkadi es la Patria de los Vascos", e ir transformando el Partido en algo así como una UPN a la vasca.
Luego nos asutamos cuando tenemos bajones en votos...