El PNV se toma la revancha

El PNV se vengó ayer en el Congreso de los Diputados de su inminente desalojo de Ajuria Enea e infligió al Gobierno y al PSOE su primera derrota parlamentaria de la legislatura. El descalabro que desde hace semanas buscaba sin éxito el Grupo Popular para demostrar la soledad e inestabilidad parlamentaria del Ejecutivo lo consiguieron lograron los nacionalistas vascos, quienes desde el 1 de marzo pasado, cuando supieron que Patxi López les expulsaría del poder después de 29 años, han realizado una oposición sistemática y sin concesiones en el Congreso.

Los peneuvistas, con el apoyo del resto de los diputados nacionalistas -CiU, ERC, BNG y Nabai- y del PP, sacaron adelante una moción por la que el Congreso reclama a José Luis Rodríguez Zapatero que inicie una reducción y simplificación de la estructura de su Ejecutivo y que, como prueba de buena voluntad, suprima de cara al próximo año al menos uno de los actuales ministerios.

La moción fue defendida en el pleno por el diputado José Ramón Beloki, que señaló en su intervención que «no es fácil que la sociedad perciba que nosotros (los políticos) percibimos lo que la sociedad está sufriendo», en referencia a los cuatro millones de parados registrados en España. Además, lamentó que Rodríguez Zapatero no redujera la estructura del Gobierno cuando al comienzo de mes remodeló el mismo.

La estrategia victoriosa del PNV tuvo a su favor las ganas del PP de ver derrotado ya al PSOE en el Congreso, especialmente en vísperas de las elecciones europeas.
Los socialistas contribuyeron a su propia derrota -168 votos a favor de la moción frene a 165- con la ausencia en el momento de una votación muy igualada de nueve de sus diputados, entre ellos el candidato a las elecciones europeas, Juan Francisco López Aguilar, y los ex ministros Bernat Soria y Mariano Fernández Bermejo.

El grupo socialista, que en los dos últimos meses esquivó varias derrotas en el pleno con arduas negociaciones o sumándose a última hora a los votos de la mayoría, ayer no estuvo dispuesto a hacer concesiones en este punto y planteó la votación como una cuestión de principios. En su apuesta sólo contó con el apoyo de uno de los dos diputados de IU, de los dos de Coalición Canaria, del representante de UPN y de Rosa Díez (UPyD).

El portavoz socialista, José Antonio Alonso, indicó que el PNV vulnera con la moción una «competencia exclusiva» del presidente del Gobierno, como es la conformación y estructuración de su Ejecutivo, y aseguró que la iniciativa es «puramente política» y no tiene nada de «parlamentaria».

Por este motivo, antes de la votación, recordó al PP que «el PSOE ha sacrificado la estabilidad del Ejecutivo de Zapatero para poder gobernar en el País Vasco», maniobra en la que cuenta con su respaldo de los populares, por lo que cuestionó al PP por sumar sus votos al PNV «para condicionar la composición del Gobierno de España», por apoyar a los nacionalistas «en un asunto sobre reparto de competencias del Estado» sólo por conseguir «una victoria pírrica» sobre el Ejecutivo.

Alonso, convencido de la «ilegalidad» de la exigencia que se le hace al Gobierno, ya anticipó que el gabinete «no tomará en consideración la moción parlamentaria». El PP justificó su apoyo al PNV en que «va en la misma línea de las propuestas del partido y de su exigencia de austeridad al Ejecutivo». Hay quien ha leído en la actitud de los populares un mensaje para los socialistas, por el que le aclaran que el apoyo comprometido a López en Euskadi no va tener traslación alguna en el Congreso.