Socialistas y jeltzales se reprochan sus respectivos e incómodos acercamientos al PP

La política vasca enfila una semana de transición para, con el aperitivo del último Consejo de Gobierno presidido por Juan José Ibarretxe -y por ende por el PNV- que tendrá lugar pasado mañana, enfilar la decisiva primera semana de mayo en la que, previsiblemente, el líder del PSE-EE, Patxi López, será proclamado lehendakari. El cambio de color político en Ajuria Enea tiene derivadas más allá de las obvias. La primera ha sido la de reventar por los aires esa especie de cordón sanitario que aisló al PP durante los primeros cinco años de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Los populares se han convertido en aliado de conveniencia, por encima de las incomodidades que suscita y no son pocas, para el PSE-EE y en Madrid el PNV, que ha pasado a engrosar el grupo de las fuerzas agraviadas por Zapatero, aprovecha el rebufo de un PP que no da cuartel al Gobierno. Coincidencia circunstancial, subraya en cualquier caso el portavoz jeltzale en el Congreso, Josu Erkoreka: "El pretendido idilio del PNV con el PP no es más que una patraña ideada por el PSOE para salvar su cara por el matrimonio homonacional que acaban de celebrar en Euskadi, ¿tanto les pesa el acuerdo?".

"El Partido Socialista me quiere para la noche de bodas, y eso está muy bien, pero no sé si al día siguiente se va a ir con otra". Estas palabras las pronunciaba el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, en plena ceremonia de apareamiento, como dijo algún destacado político vasco, con el PSE-EE. Entonces, los socialistas vascos aún confiaban en el apoyo gratuito del PP a la investidura de López, una confianza que fue devuelta a la dura realidad después y que tiene su último exponente en la fotografía que Basagoiti y López protagonizaron la semana pasada, una imagen incómoda para el líder socialista que se apresuraba después ante la prensa a tender la mano al PNV para buscar grandes acuerdos en torno a la crisis económica y la lucha contra ETA.

teatro de operaciones Los socialistas han buscado el contrapunto a su matrimonio de conveniencia con el PP en Euskadi señalando con el dedo el "idilio" del PNV con los populares en Madrid: "Ya sabemos que no nos van a votar nada y que están en un medio idilio con el PP. Lo entiendo, pero sería bueno un acto de sinceridad", reprochaba el presidente del Gobierno a Erkoreka la semana pasada durante un tenso Pleno.

El pacto PSE-PP en Euskadi ha propiciado que el Congreso se refuerce como teatro de operaciones de la estrategia de oposición de los jeltzales. Fuentes del actual Gobierno Vasco recuerdan como, hasta ahora, las relaciones entre el PNV y el Partido Socialista se habían establecido sobre el equilibrio que daba el hecho de que los dos partidos ostentaran responsabilidades de gobierno en minoría parlamentaria. Ambos se necesitaban mutuamente y eso facilitaba el acuerdo, como así ocurrió durante la última legislatura, por ejemplo, en torno a la sucesiva aprobación de los Presupuestos, tanto en Vitoria como en Madrid.

Pero el pacto PSE-PP ha hecho saltar por los aires ese equilibrio y la estrategia que comienza a perfilar el PNV pasa por hacer fuerte su oposición en Madrid. Los jeltzales, tras las primeras semanas de mensajes de enfado y desazón, avanzan su intención de adoptar una postura responsable, contundente pero responsable, en la Cámara vasca. Así lo subrayaba este sábado su portavoz parlamentario, Joseba Egibar, manifestando la disposición del PNV a "colaborar" en materia económica, por ejemplo.

cambio de estrategia El Congreso es harina de otro costal. El tenso rifirrafe que el propio Erkoreka y Rodríguez Zapatero protagonizaron en el Pleno de la semana pasada no es más que la evidencia del giro en las relaciones de socialistas y jeltzales, en parte también porque el PSOE parece más dispuesto a explorar las posibilidades de acuerdo mirando hacia la izquierda y Cataluña -desde IU a CiU-, estrategia que se inscribiría en el impulso que Rodríguez Zapatero ha querido dar con su última crisis de Gobierno a la resolución de la financiación autonómica y por la que se ha justificado, incluso, el cambio en la secretaría general del Grupo Socialista, de Ramón Jáuregui a Eduardo Madina.

En el contexto de alejamiento socialista del PNV, argumenta Erkoreka que su coincidencia con el PP obedece más a la propia coyuntura parlamentaria que al trasunto de pinza que critican los socialistas. Desde el 1 de marzo, explica el portavoz jeltzale en su blog , el PNV ha coincidido con el PP en 20 votaciones y con el PSOE en 17, claro que en 15 han votado juntos los tres y socialistas y populares han votado en el mismo sentido en 21 de las 29 votaciones que se han producido en el Pleno desde las elecciones vascas. "Con los datos oficiales en la mano -dice Erkoreka- el idilio real, incluso en el Congreso, es el que anuda al PSOE y al PP".

El escenario se debería ir aclarando a partir de mayo. Un buen test para las relaciones de los tres partidos será la tramitación de la reforma de las leyes del Tribunal Constitucional y el Poder Judicial para blindar las normas fiscales forales, una iniciativa del Parlamento Vasco, donde se aprobó con el voto de las tres formaciones, y que está ahora en trámite en la Cámara Baja, a la espera de que el Gobierno emita su criterio, antes del 26 de mayo.

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