Al señor Savater

Interesante carta al director hoy en el Diario Vasco. Dice así:

Quisiera expresar mi sorpresa y malestar tras la lectura del artículo del señor Savater en el DV del 10 de marzo «Lo están empeorando». Después de haber disfrutado tantas veces con los argumentos, razonamientos, ejemplos, etc. de nuestro gran filósofo, en general trufados de humor e ironía, me resulta difícil comprender, cómo en esta ocasión y para descalificar al presidente del Gobierno no ha vacilado en emplear la demagogia, el insulto además de una pobre argumentación y un tono amargo. Sobre lo que tiene de demagógico citar la muerte de una persona en un centro hospitalario para poner en cuestión el humanitarismo con el asesino De Juana, no hace falta comentar nada porque estoy convencida de que el ilustre profesor será consciente de ello. Pero lo que más estupefacción me ha causado es la interpretación que hace de la apelación de Rodríguez Zapatero a la política penitenciaria del PP en pasadas legislaturas. Si una ciudadana de a pie como yo, simplemente escuchando tanto al presidente como a sus portavoces, ve claramente que el mensaje fundamental al enumerar las diferentes actuaciones de los gobiernos del señor Aznar no es recordar las medidas en sí, sino el poner de relieve que en ningún momento fueron cuestionadas por la oposición, que en materia de política antiterrorista no puede haber fisuras, que la lealtad al gobierno de turno es imprescindible en este tema, ¿por qué el señor Savater obvia este mensaje -no me atrevo a decir que lo tergiversa- para criticar simplemente que el señor Zapatero se haya referido a esas excarcelaciones (reales o supuestas)? No me parece riguroso rebatir unas declaraciones, cogiendo sólo una parte. Además afirma que el PP tomó esas medidas a su pesar ya que tuvo que aplicar una legislación que no le gustaba. ¿Señor. Savater, realmente cree que tomar esta medida ha sido del gusto del presidente del Gobierno? ¿No es el resultado también de la legislación vigente?

Confieso mi decepción tras leer sus argumentos. Seguiré leyéndole, seguiré recomendando sus obras a mis alumnos, pero no sé si seguiré admirándole igual, maestro.

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