Homenaje a Lourdes Iriondo

Ayer se produjo un sentido homenaje en Urnieta a Lourdes Iriondo y, en el fondo, también un recuerdo a los componentes de Ez dok amairu, homenajeados también por euskaltzaindia.

Hace algunos años, Xabier Lete vio una película protagonizada por un grupo de violinistas en el siglo XVII que le dejó poso. El maestro de los músicos había perdido a su mujer y también a su hija, que se había suicidado por un amor desgraciado. Hacia el final del filme, una escena conmovió profundamente al poeta y cantante de Oiar-tzun. "El maestro había invitado a sus discípulos a cenar. Sentados a la mesa, llenó de vino la copa de todos sus alumnos y cuando todos pensaban que se iniciaría el brindis, el maestro sirvió una copa colocada a su izquierda, un lugar que no ocupaba nadie. Un alumno se extrañó del gesto y el maestro le explicó: Es para los ausentes, por si sienten sed, para que puedan beber".

Esa escena, explicó Lete, con la voz rasgada por la emoción, "la he tenido muy presente, está arraigada en mi convicción de que los muertos no desaparecen del todo. Están en algún lugar, y en nuestros recuerdos y pensamientos". Urnieta, la localidad natal de su mujer, Lourdes Iriondo, experimentó ayer, en el último acto de meses de homenajes en memoria de la musa de Ez dok hamairu, esa presencia viva de los ausentes, la certidumbre de que, como reivindicó Lete, los homenajes sirven para "reunir a los vivos y a los muertos".

El recuerdo de Lourdes Iriondo, fallecida en 2005, propició también el encuentro de varios miembros del movimiento que significó el renacer de la canción vasca en las últimas décadas del franquismo. Ante la mirada de los escritores Joxemari Iriondo, José Ángel Irigaray y Jose Antonio Artze, el presidente de la fundación Jexux Artze, José Ramón Furundarena, el acordeonista Joxan Goikoetxea o el cantante Pierre Paul Berzaitz, entre otros, el alcalde de Urnieta, Florentino Ugalde, y María Ángeles Iriondo, hermana de la homenajeada y edil de Bienestar Social, descubrieron la placa conmemorativa que anuncia al visitante que se encuentra en el parque Lourdes Iriondo. La placa está colocada en la pared que separa el parque de la casa en la que vivía Lourdes y ahora reside Xabier Lete, y en el terreno que perteneció a la familia Iriondo.

Después, Ugalde e Iriondo retiraron la tela de raso azul que cubría el monolito diseñado por el artista navarro José Ramon Anda y revelaron una estilizada escultura de bronce, "de interpretación abierta pero pensada y dedicada para este lugar y para Lourdes Iriondo", según explicó su autor. Anda agradeció el encargo de José Ángel Irigaray, porque "Ez dok hamairu fue muy importante para la gente de mi generación y para mí en particular". Alrededor de la escultura se inscribe una leyenda, propuesta por José Angel Irigaray, que pertenece a un fragmento de una canción popular vasca (Xoritoo norat hoa bi hegalez airean) , que Lourdes cantó en alguna ocasión.

El resto del acto se trasladó, debido a las cambiantes condiciones meteorológicas, a la casa de cultura Lekaio, cuyo auditorio se llenó. Allí, el alcalde repasó los hitos de "un homenaje merecidísimo" en el que, de septiembre hasta la fecha, se han celebrado exposiciones, charlas y proyecciones en torno "a un icono cultural euskaldun de los años 60 y 70".

Ugalde, que felicitó al escultor y dio las gracias a Lete por su intensa colaboración en el tributo a su mujer, pidió que la escultura sea respetada y se convierta en un lugar de visita. "Desgraciadamente, como suele suceder, ella no ha podido disfrutar del acto en su memoria pero, esté donde esté, estará encantada de este recuerdo póstumo", lamentó.

Xabier Lete, "amigo, compañero y marido" de Iriondo, hizo un prolijo discurso de agradecimientos. "Aparte de dar las gracias, no sé que más decir", aseguró. Pero sí sabía y dijo muchas cosas, que humedecieron los ojos de más de un asistente. Respondió al alcalde que él sí creía que esos homenajes no debían producirse en vida. "Entonces quieres seguir trabajando, viviendo. Los homenajes son para unir a los vivos y a los muertos", indicó. "La vida no está hecha sólo de presencias, también de ausencias, y está hecha también de nexos, de uniones entre los muertos y los vivos", expresó.

El crítico de arte Edorta Kortadi indicó que la escultura es una variante de Tarttalo, una obra anterior de Anda, al que calificó de artista post-constructivista y post-Oteiza. Kortadi valoró la entrega de Iriondo al "campo de la cultura del País Vasco, al que dedicó tiempo, esfuerzo y amor". "Con su voz femenina y clara, supo estar en el momento preciso donde tenía que estar", afirmó.

Su hermana, María Ángeles Iriondo, quiso recordarla como una mujer "muy abierta, amiga de todos, muy involucrada con los niños". La concejal de Bienestar Social de Urnieta se mostró convencida de que "a Lourdes le hubiera gustado el acto, porque ha sido muy sencillo, íntimo y familiar. De los diez hermanos que somos, estamos ocho vivos y hemos venido todos, además de sobrinos e hijos de sobrinos".

Como rúbrica al homenaje, los miembros de Txanbolin Txistu Elkartea interpretaron el delicado Minueto de Raimundo Sarriegi y el alcalde entregó pequeñas réplicas de la escultura de Anda a las personas que se han volcado en rendir tributo a Lourdes: Irigaray, Furundarena, Joxemari Iriondo, Artze, Bersaitz, Goikoetxea, Antton Valverde, Kortadi y el propio Lete.