Aralar y EA descartan trasladar el 'polo soberanista' a una oferta electoral
La articulación de un polo soberanista, de un gran movimiento en torno al derecho de autodeterminación, impulsada públicamente en los últimos tiempos por Eusko Alkartasuna o a través de la Mesa de Maltzaga ha topado, en primer término, con las reticencias del PNV a tomar parte en cualquier intento de suma de fuerzas para la normalización política si no media una condena clara de la violencia. En segunda instancia, la pugna por el espacio político abertzale y de izquierda de quienes, por ejemplo, han mostrado interés en tomar parte en la iniciativa promovida por la Fundación Euskaria diluye a corto plazo las probabilidades de que estas formaciones políticas concreten un espacio común de trabajo. El horizonte electoral de marzo pesa mucho y, en este caso, Aralar y EA se disputan electorados, al menos colindantes. Una circunstancia a la que, desde la formación que lidera Patxi Zabaleta, se asiste con tranquilidad porque, sostiene su vicecoordinador, Jon Abril, media "un gran abismo" entre el discurso actual "soberanista y de izquierdas" de EA y sus actuaciones.
No es menos cierto que, en general, las formaciones que han abierto la puerta a explorar ese intento de foro soberanista lo han desligado de la apuesta electoral de cada uno o, en otras palabras, lo han desvinculado de la eventual articulación de coaliciones electorales que, dada la situación de la izquierda abertzale, ha dado pie a amplias especulaciones sobre supuestas listas blancas. Sea como fuere, Aralar no teme que Eusko Alkartasuna pueda ocupar su espacio electoral porque, subraya Jon Abril, su partido tiene "un proyecto de izquierdas, abertzale y político" y "a día de hoy, nadie", salvo su formación, "puede representar esos tres ejes conjuntamente". Abril analiza la apuesta de EA por articular un movimiento soberanista como una manera de visualizar la ruptura de la coalición con el PNV y de "diferenciarse más que nadie".
Un análisis que contrasta con el discurso que hace el presidente de esta formación, Unai Ziarreta, que ayer ratificó en Onda Vasca la "necesidad de articular un polo soberanista a medio-largo plazo en base de unos principios de reconocimiento del derecho de autodeterminación y de planteamientos pacíficos y democráticos". Ahí se perfila otro obstáculo para que ese polo soberanista pueda configurarse en plazo de tiempo breve: las propias tensiones que este proyecto pueda generar en el seno de las formaciones políticas, en este caso en EA.
Ayer, el presidente de esta formación en Gipuzkoa, cabeza visible de lo que se ha dado en llamar sector crítico de EA, Iñaki Galdos, se mostró contrario al trabajo en común con la izquierda abertzale porque, apuntó en Euskadi Irratia , "los ámbitos formados por la izquierda abertzale oficial y por EA son totalmente diferentes". En este sentido, y aunque se definió como "soberanista, independentista" y favorable al trabajo en común de las fuerzas nacionalistas, consideró que "los esquemas de Lizarra-Garazi fracasaron y tenemos que aprender de las experiencias que han fracasado".
Los miembros de la Mesa de Maltzaga tenían previsto hacer público esta semana el documento que cerraron el pasado fin de semana en Estella en torno al trabajo en común para configurar ese polo soberanista
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