El PP sigue presionando a López y asegura que pedirá Álava cuando se asiente su Gobierno

"Nosotros seguimos pensando lo que hemos pensado siempre -dice el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti- y lo que ocurre es que éste es el momento en el que Patxi López, el Gobierno socialista, tiene que atender su labor, empezar a tomar decisiones, tiene que conformar su equipo y, después, hablaremos de esto. Pero no tengo ninguna duda de que el cambio llegará pronto a estas instituciones". 'Esto' es la Diputación de Álava -y el Ayuntamiento de Getxo- y 'después' puede ser muy pronto, atendiendo al presidente del PP alavés y portavoz adjunto de los populares en el Congreso -amén de hombre de confianza de Mariano Rajoy en Euskadi-, Alfonso Alonso, que habla ya de "próximas semanas".

El PP redobla sus amenazas sobre el Gobierno foral y su presión sobre un PSE-EE que aguanta el embate consciente, entre otras cosas -y no sólo ni prioritariamente-, de las dificultades en las que una moción de censura contra el jeltzale Xabier Agirre colocaría al alcalde de Vitoria, el socialista Patxi Lazcoz. La evidencia más palpable es el episodio vivido a final de la semana pasada en el Ayuntamiento, tras el archivo de la querella presentada por el PP contra el primer edil por la adjudicación de un contrato municipal.

proyectos enfrentados "Lazcoz no sólo va a acabar siendo un problema para Vitoria, sino que va a acabar siéndolo para el propio lehendakari -advertía el viernes al portavoz del grupo popular , Javier Maroto-. He constatado que su actitud está debilitando el acuerdo PP-PSE". El aviso venía precedido de una petición del teniente de alcalde para que el líder de la oposición dimitiera y de los constantes emplazamientos al alcalde para que abandone su alianza no escrita -equilibrada en el Ejecutivo alavés- con el PNV y tienda la mano al PP, haciendo confluir dos posturas diametralmente enfrentadas en los proyectos clave de ciudad durante los últimos diez años, precisamente coincidiendo con la Alcaldía de Alfonso Alonso.

Pero un vuelco en la Diputación alavesa obligaría a un inmediato reequilibrio en el Consistorio vitoriano. Lazcoz, por el momento, elude públicamente entrar a valorar esta hipótesis porque, simplemente, no tiene "argumentos" para contemplarla. Sin embargo, las eventuales decisiones que puedan tomarse al respecto parece que tendrán que ver más con lo que decida la Ejecutiva vasca de los socialistas y, por ahora, parecen dispuestos a resistir el embate. En declaraciones a Europa Press , el portavoz parlamentario del PSE-EE, José Antonio Pastor, mostró el cierto hartazgo de su formación con este asunto: "Lo que no vamos a entender ni compartir es que se nos pretenda marcar los tiempos, las decisiones y la estrategia. Si hay cambio político o no en otras instituciones se verá andando el tiempo, pero el PP no puede pretender marcarnos las actuaciones del día a día en cada momento".

En declaraciones a la misma agencia, Basagoiti dejaba aún cierto margen en un tema en el que los dirigentes populares están jugando al tira y afloja desde el 1 de marzo, a pesar de los insistentes rechazos del PSE-EE y del propio lehendakari. Pero Alfonso Alonso no ofreció resquicio a la duda, en una entrevista en Vocento , en la que anuncia un cambio en la Diputación en las "próximas semanas", advirtiendo al PSE-EE de que, si no propicia la moción de censura, no será bueno para la estabilidad del Ejecutivo vasco y de que el PP no permitirá ser utilizado como arma para garantizar la "docilidad del PNV".

Alonso incluso juega -sin aclararlo- con la hipótesis de presentar la moción sin las firmas de los socialistas, una maniobra similar a la que protagonizó el PNV en 2005 contra el entonces diputado general, el popular Ramón Rabanera. Los jeltzales lanzaron entonces un órdago a un PSE-EE que ejercía de dura oposición, con bloqueo presupuestario incluido; y no prosperó.

Los socialistas vascos defienden que todos sus movimientos desde el 1 de marzo responden a la coherencia con su estrategia política pero también al relato que le ha ido escribiendo el PNV. Por eso, dirigentes del PSE-EE admiten que desbancar a Xabier Agirre, en este momento, sería saltarse ese relato que ha tenido, por cierto, la transversalidad como leit motiv . Ahí se enmarca la insistencia de los socialistas en reclamar al PNV que no se encastille en las diputaciones.

La expresión más clara del bloqueo institucional que podrían generar los tres ejecutivos forales, en manos jeltzales, es el Consejo Vasco de Finanzas y, llegado el caso, el as en la manga socialista sería la Diputación alavesa. Lo contrario, sería poco menos que una agresión innecesaria a un PNV ya suficientemente agraviado y al que los socialistas, especialmente el lehendakari, no se cansan de "tender la mano", más aún cuando Agirre ya ha manifestado su deseo de negociar las Cuentas de 2010 con el PSE y su homólogo guipuzcoano, Markel Olano, ha ofrecido colaboración al Gobierno Vasco.

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