PSE 11, PNV 5

Para variar, Odón Elorza carga contra el Gobierno Vasco en un artículo de Opinión en Noticias de Gipuzkoa.

La historia se repite. En esta ocasión el Gobierno Vasco trata de impedir la ejecución del proyecto de la pasarela peatonal, con una solución ecológica, entre Sagües y Monpas. Pero no tienen ninguna razón objetiva para echar abajo una inversión de 14 millones de euros comprometidos por el Ministerio de Medio Ambiente para culminar el paseo marítimo donostiarra en la punta de Monpas.

El Gobierno Vasco quiere imponer un Plan Territorial de protección de la costa que considera como zona de especial protección un tramo de la ladera de Ulia que, en su día (años 40), fue desfigurada totalmente por las voladuras que se utilizaron para sacar toneladas de roca. Hablamos de una ladera inestable, con continuos desprendimientos. Y la propia regeneración pendiente me anima a defender una pasarela que se apoya en anclajes, que se distancia de la ladera y que no requiere de ningún muro a rellenar, a modo del Paseo Nuevo o del admirado Peine del Viento.

Evidentemente ese Plan Territorial aprobado a espaldas del Gobierno de la ciudad no pondrá ninguna pega a la obra de gran impacto del Puerto exterior de Pasajes. Entonces… ¿qué está pasando? Y la explicación no puede ser otra que una respuesta del Gobierno Vasco al resultado de las elecciones municipales en Donostia-San Sebastián. Los 5 Concejales obtenidos por el PNV frente a los 11 del PSE-EE no han debido ser objeto de una lectura reposada. Tampoco por parte de EA que sacó 2.

La historia de los últimos años nos enseña que cada proyecto de la capital guipuzcoana se debe enfrentar a mil inconvenientes, a superar cadenas de obstáculos, a ver cómo se les niega la financiación desde las instancias del autogobierno vasco o bien la cuantía queda condicionada a la conveniente asignación de protagonismos políticos.

La rehabilitación del Teatro Victoria Eugenia, la ampliación y refundación de San Telmo, la renovación del Parque de Cristina Enea, la Casa de Cultura en Aiete, el bidegorri en los túneles de Morlans, el traslado del edificio protegido de la Fábrica de Gas, son ejemplos recientes. Aunque estoy convencido de que las actitudes deben cambiar, por parte de todos, a favor de la capital guipuzcoana.

Al día de hoy nadie ha explicado los valores intocables de esa ladera entre Sagües y Monpas que no se vería afectada por la Pasarela. Tampoco el Plan Territorial del Gobierno Vasco antes citado lo aclara, usando la prepotencia y negando incluso la conveniencia de encargar un Estudio de impacto medioambiental que permita objetivar, con total transparencia, una discusión que se prolongará durante el próximo año.

Ante ello, como Alcalde y en defensa de un proyecto estratégico para la ciudad, he puesto en marcha los estudios jurídicos, históricos y medioambientales que ayuden a los donostiarras a formarse una opinión fundada y a ganar la batalla.

Confío en que el Grupo de Concejales del PNV que hace sólo 3 meses defendía en su programa electoral a las Municipales la construcción de un Paseo marítimo de Sagües a Monpas, apoye mis esfuerzos por dotar a la ciudad de un proyecto de atracción y modernidad que remata el litoral donostiarra desde el Peine del Viento. De lo contrario deberían explicar sus incoherencias.

Por último, reitero el dato de que con esta normativa del Gobierno Vasco, no hubiera sido posible ni la construcción del Paseo Nuevo y del Paseo del Peine del Viento. Que cada cual imagine la intencionalidad de los responsables políticos de semejante desatino.