ETA irrumpe en campaña con una bomba que destroza la Casa del Pueblo de Lazkao
El tono increscendo que los violentos vienen aplicando a sus apariciones en campaña alcanzó ayer su punto más álgido con la colocación de un artefacto cargado con ocho kilos de explosivo en la Casa del Pueblo de Lazkao, que estalló de forma controlada y destrozó el local socialista, pero no causó daños personales. A la espera de confirmar la composición de este artefacto, todo apunta a que el acoso que vienen sufriendo el PSE y el PNV ha dado un salto cualitativo, del cóctel molotov y los artefactos mixtos a la bomba de ETA con preaviso pura y dura.
La DYA de Donostia recibió la alerta sobre la colocación de este explosivo a la 1.10 horas, cuando un comunicante anónimo dijo que a las 2.00 horas estallaría un artefacto en la sede social de los socialistas, aunque después rectificó y dijo que la deflagración sería una hora después. Minutos antes de la llamada, una patrulla de la Ertzaintza había localizado ya una mochila sospechosa junto a la puerta de entrada de la citada sede, ubicada en la calle San Prudentzio, y que se había reinaugurado hace sólo 21 días tras nueve meses de obras de rehabilitación que habían costado 328.000 euros.
Los agentes acordonaron la zona, desalojaron algunas viviendas y conminaron por megafonía a los vecinos del entorno a bajar las persianas, abrir las ventanas para evitar que estallaran los cristales y mantenerse alejados de ellas. A las 3.00 horas estalló la bomba, que pudo oírse en todo el pueblo y alrededores, y que además de destrozar la Casa del Pueblo generó una onda expansiva que provocó la rotura de cristales y persianas de inmuebles cercanos y el desencaje de marcos de puertas y ventanas.
daños El suelo de la sede del PSE que se encuentra en la primera planta, sobre el local social de los socialistas se vino abajo y la estructura del inmueble se ha resentido, así como el tejado, del que quedaron descolgados trozos de desagüe y tejas. Sobre ambos pisos se haya la vivienda particular de un joven que sufrió una crisis nerviosa. Fue una noche en vela para buena parte del pueblo de Lazkao, y en particular para los vecinos de San Prudentzio, que nunca habían vivido un ataque a la sede socialista de este calibre.
Muchos dirigentes políticos hicieran un parón en su campaña para acudir al lugar de los hechos y mostrar su repulsa, entre ellos el líder del PSE de Gipuzkoa, Iñaki Arriola, el burukide Joseba Egibar y el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, que tenía previsto celebrar un acto electoral en Lazkao y lo trasladó a Oiartzun. También se personaron en el lugar la responsable de la Dirección de Víctimas del Gobierno Vasco, Maixabel Lasa, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, y la presidenta de las Juntas Generales, Rafaela Romero, entre otros.
La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Lazkao, gobernado por el PNV y sin presencia de ANV porque su lista fue ilegalizada, convocó una sesión extraordinaria para condenar el atentado. PNV, PSE, PP y Aralar aprobaron un texto de condena de todos los ataques que vienen registrándose. "ETA sobra entre nosotros", proclamaron. El alcalde, Patxi Albisu, anunció la habilitación de una oficina de atención a los afectados para que realicen sus reclamaciones y la convocatoria de una concentración de repulsa frente al Ayuntamiento para hoy a mediodía.
No fue el único ataque de la noche del domingo, en la que los radicales lanzaron pintura roja y amarilla en bombillas contra la fachada del domicilio en el que vive en Azpeitia la concejal del PSE en Beasain, Manoli Uranga. Otro grupo atacó con cócteles molotov sendos cajeros del BBVA y Bankoa en Tolosa hacia la 1.00 horas.
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