Una campaña de perfil bajo

Puede que fuera previsible, que algunos busquen una campaña fría y de perfil bajo, pero la falta de garra empieza a ser un riesgo a estas alturas, ya en la sexta jornada electoral. Los debates son la sal de la campaña y un debate electoral con seis candidatos será un ejercicio de pluralismo, pero no ofrece espectáculo. Y la televisión, sin esas calorías, es un plato soso. Por eso se pone de manifiesto lo absurdo de que no se celebren debates cara a cara. La discusión de ayer en euskera en ETB1 fue un estreno, un aperitivo, aunque sorprendía que Juan José Ibarretxe, Unai Ziarreta y Aintzane Ezenarro lidiasen con otros candidatos 'menores', es decir, que no aspiran a ser lehendakari, como Andoni Unzalu (PSE), Laura Garrido (PP) o Mikel Arana (EB).

Ibarretxe, que en cuanto tiene un rato libre en la campaña se coge la bicicleta y se pone a hacer kilómetros, eligió ayer Álava y el sector primario e hizo un llamamiento a la movilización, que las cosas siguen estando frías. El mensaje está claro: «Es cosa de todos que la decisión esté aquí o en Madrid». Un discurso bien dirigido al nacionalismo sociológico, y en particular al 'voto útil' que puede proceder de EA.
Patxi López, a su vez, eligió el monte Besaide, donde confluyen Álava, Gipuzkoa y Vizcaya, y símbolo de la centralidad geográfica del país. Los socialistas creen que su mensaje a favor del cambio político y del acuerdo está calando, están seguros de que van a recibir un sector de sufragios de Ezker Batua, pero temen que un desplome de EA sea capitalizado por Ibarretxe.

El caso es que los candidatos desgranan sus promesas, unos ante notario y otros ante los medios de comunicación. Los partidos menores se juegan mucho en las elecciones y se sabe que tienen que pelear con esa barrera que supone el 3%. Y lo hacen a brazo partido, algunos contra corriente. Necesitan hacer ruido para salvar la batalla de la polarización, que les engulle. Ezker Batua, de hecho, acentúa su perfil anticapitalista, convencido de que hay un sector social de izquierdas, muy consciente ante la crisis, crítico con Zapatero y con la política. Y lo va a explotar. No sólo se dilucidan su porvenir político sino también su influencia en el futuro como árbitros de un escenario que se presume complejo. y empieza a preocupar en algunos escenarios de Madrid. También se mira a UPyD, que parece que podría arañar votos del PP que en su día estaban identificados con María San Gil. Veremos.

Hasta ahora Eusko Alkartasuna y Ezker Batua han sido socios leales de Ibarretxe. Sin embargo, el tripartito ha terminado con roces, dando un cierre de trámite a su estrategia en defensa de la consulta. ¿Quiere decir esto que la fórmula está agotada? Algunos en el PNV así lo entienden y miran de reojo la posibilidad de un gobierno en minoría. Un diputado jeltzale, convencido de la victoria clara de Ibarretxe, mostraba ayer sus serias dudas de que Ziarreta y Madrazo obtuvieran sus respectivos escaños en Vizcaya.

Aunque la entente PNV-PSE parece ser la apuesta más deseada por los votantes socialistas, esta coalición es la que menos opciones tiene para seguir adelante. Los socialistas rechazan la posibilidad de volver a ser el 'salvavidas' del PNV, que sería un escenario bien visto por Zapatero si sirviera para moderar a Urkullu. El PSE está en otra historia y no descarta que tenga que emular el 'montillazo' que tantos quebraderos de cabeza dio a Blanco y Rubalcaba. Abril será caliente. Más que febrero.

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