Una teoría sobre Imaz

Interesante artículo de Joseba Martín en Ganbaratik.

Esta semana me he reencontrado, tras las vacaciones, con un colega a quien prefiero mantener en el anonimato aunque sí os diré que es alguien cercano a nuestro programa, y tras hablar del revuelto tiempo que hemos tenido en el norte y de las vacaciones, entramos a hablar de los movimientos políticos de las últimas semanas: Navarra, la consulta, las diputaciones y demás. Y me recordó la conferencia que Josu Jon Imaz dio en Madrid antes del descanso veraniego. Fue en mayo, y allí un periodista le preguntó si estaba dispuesto a pactar con el PP: "Es evidente que a día de hoy no se cumplen las condiciones políticas pero, en la vida, a priori, cerrarse a algo porque sí no me parece lo más adecuado". Mi interlocutor me asegura que la mayoría de medios se quedaron en la superficie de aquellas palabras que, en realidad, formaban parte de una estrategia.

Esa supuesta estrategia que me relató esta persona, con fuentes fiables y gran capacidad de análisis, consistía en los siguiente: "Imaz dijo aquello en Madrid, que no fue ni mucho menos lo más importante de su conferencia, pero que él sabía que era lo que más destacarían algunos periódicos, para darle un toque de atención a Zapatero. Por aquel entonces, el PSE estaba atacando muy duramente a Ibarretxe, y al PNV en su conjunto, con acusaciones de corrupción y demás. Poco después venían las municipales, e Imaz respondió de esta manera para tratar de desactivar a los socialistas vascos". He de confesar que para ese momento no le entendía bien, pero continuó desarrollando su teoría: "Aquella frase que levantaba ampollas aquí, sirvió para que, con unos resultados discretos, el PNV se haya hecho finalmente con las tres Diputaciones, incluso recuperando Álava". ¿Cómo? - Le repliqué-. "Pues parece que Zapatero habría ordenado al PSE no dar la batalla al PNV porque le necesita como socio más o menos estable en Madrid, incluso para la próxima legislatura augurando que no tendrá mayoría absoluta. Imaz le advirtió de que si aquí se jugaba a las zancadillas, él podría abrir otras opciones de pacto. Todo encaja", concluyó.

Si todo era tan sencillo en realidad, le pedí que me explicara lo de la consulta y lo de Navarra. Y me confesó que hasta ahí no llegaba. Quizá algún día sabremos si esta teoría es cierta.