Egibar, otra vez en la picota
«Joseba tenía los 67 votos y así lo había hecho saber. Pero parece que alguien ha sido más listo que nosotros». Así se intenta explicar desde el entorno del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, el controvertido papel de Joseba Egibar en el fiasco de la fusión de la BBK y la Kutxa, que le ha colocado de nuevo en la picota dentro de su propio partido y ha hecho arreciar, en privado, las cíclicas críticas contra el líder jeltzale en Guipúzcoa por su «prepotencia» y su «manifiesta incapacidad» para labrar consensos en un territorio tan políticamente fragmentado.
No obstante, el EBB no está dispuesto ni mucho menos a hacer escarnio público de la figura del burukide de Andoain; una postura lógica, por otra parte, en pleno preludio de la contienda electoral. Medios próximos a Urkullu reconocen que la jugada era «arriesgada», pero eximen a Egibar de cualquier responsabilidad política, un peso que descargan sobre los hombros de los «traidores» sin rostro y el PSE, a quien acusan de maniobrar en la sombra para propiciar las deserciones. Ayer, el propio Egibar analizó el fiasco con sus compañeros en la dirección, aunque sólo trascendió la voluntad de propiciar la unión de las tres entidades vascas.
Pero, más allá del sonoro fracaso que para el PNV ha supuesto el resultado de la asamblea -la dirección peneuvista admite que ya tenía asumido el «coste político» del posible naufragio de la operación-, el 'bluff' de las cajas ha reavivado el resquemor contra el dirigente guipuzcoano entre sus detractores dentro del partido, que no son pocos. Precisamente, en el proceso interno que ahora comienza su segunda vuelta, Egibar será con toda probabilidad proclamado por sexta vez consecutiva cabeza de lista al Parlamento vasco por Guipúzcoa.
«Eso parece un contrasentido, todo lo contrario de lo que es asumir responsabilidades», lamenta un miembro del Gipuzku buru batzar (GBB). «Cuando como entrenador diseñas una estrategia y el equipo baja a segunda, te vas a la calle», apunta gráficamente, otro cargo jeltzale vizcaíno, que coincide con las distintas fuentes consultadas en subrayar el chirrido del tripartito «que tanto defienden Egibar e Ibarretxe», en referencia a la posible abstención en la asamblea de la Kutxa de tres miembros del sector crítico de EB.
Aún reconociendo la posible deslealtad de asambleístas ajenos al PNV, los jeltzales críticos con Egibar creen que debería haber sido «más humilde» y haber tejido un colchón más seguro de apoyos que los 67 clavados que decía tener. En todo caso, su señalamiento como principal culpable es producto, sobre todo, del malestar que se ha ido acumulando contra él. Su rechazo a desalojar a ANV en Mondragón, corregido después por el EBB, o su decisión de expulsar a Joxe Joan González de Txabarri por la filtración del 'caso Jauregi' son sólo los ejemplos más recientes.
En todo caso, el entorno de Urkullu niega tajantemente cualquier malestar de la dirección o del 'aparato' vizcaíno con Egibar. El sentir personal es otra cosa. Según las fuentes consultadas, consumado el fiasco, un miembro del Ejecutivo foral guipuzcoano conversó por teléfono con un destacado cargo público vizcaíno. «¿También nos vais a culpar de esto», le preguntó. «De esto, sí».
5 comentarios:
No se si esta informacion ha aparecido en el Diario Vaaco que es lo que leen los que siendo del PNV se dan cuenta que este hombre les lleva al abismo.
La informacion es buena y los comentarios oportunos,pero ahi seguira echandole la culpa a todo el mundo y encabezando la lista por quinta vez en Gipuzkoa.O no hay arrautxas en este territorio o ya nos ha dormido a todos y vamos encantados hacia la ruina.
Egibar lleva en la picota social mucho tiempo. El problema es que él no se da cuenta. Él cree que tiene un traje precioso cuando todos los demás le ven desnudo.
A Egibar algunos le llaman Stalin (por las purgas y por ser un dictadorzuelo) pero no. Aunque sólo sea por el nombre, se parece más a otro dirigente del PCUS: Kaganovich
Hoy si que estaba en su lugar: calladito detrás de Urkullu que anunciaba la moción de censura en Azpeiti. Qué pena que no hubiera estado Urkullu cuando "Kaganovich" Egibar la cagó en Arrasate.
El PNV con esto acaba de tocar fondo es hora de que rueden cabezas elecciones al EBB ya
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