Otegi descarta cambios en la izquierda abertzale pese a «la mala noticia» de Estrasburgo

«Es una mala noticia, pero la izquierda abertzale no va a cambiar sus propuestas». Arnaldo Otegi valoró así ayer la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH) que avala la ilegalización de Batasuna decidida por el Tribunal Supremo en 2003.

Acompañado por los también representantes de la izquierda abertzale, Miren Legorburu y Tasio Erkizia, Otegi reconoció en una comparecencia en San Sebastián que «el Estado ha ganado esta batalla jurídica», pero aseguró que este «grave obstáculo» no modificará «ni nuestros razonamientos, ni nuestros análisis políticos ni nuestras propuestas» respecto a la situación del País Vasco y a las «salidas al conflicto en términos pacíficos y democráticos».

El portavoz abertzale reiteró su apuesta por «la suma de fuerzas independentistas en el país, y la recuperación de un proceso de diálogo y negociación». Esas cuestiones «no tienen alternativa», añadió, si se quiere «cambiar este escenario por uno democrático».

Otegi consideró que el fallo del tribunal europeo supone una «catástrofe» para la ciudadanía vasca y de la UE, ya que avala la «filosofía» implantada por George W. Bush de «recorte de libertades» en pro de la seguridad nacional. «Es una sentencia inspirada en parámetros del pasado, en la filosofía de guerra preventiva instaurada por Bush, junto a Aznar y Blair», insistió el portavoz abertzale.

Para Otegi, el fallo, en el que el tribunal europeo argumenta su decisión de no admitir el recurso presentado por HB y su sucesora Batasuna contra su ilegalización, «es una protección jurídica al apartheid político que sufre la izquierda abertzale».
«Marcha atrás»

Supone además, según añadió, una «marcha atrás» respecto a sentencias anteriores del tribunal en relación, por ejemplo, con partidos ilegalizados en Turquía. La diferencia en esta ocasión, concluyó, será que el tribunal «tenía enormes dificultades para decir que un Estado miembro de la UE incumplía derechos fundamentales».

El que fuera portavoz de Batasuna aseguró que la sentencia, que ahora estudian los abogados de la izquierda abertzale por si cabe un último recurso ante la Gran Sala del TEDH, no les «ha sorprendido». Y negó que este fallo vaya a suponer en un futuro, con la posible aparición de nuevas siglas que representen a la izquierda aber-tzale, «el apagón» de este sector. «En las europeas, la izquierda abertzale ha tenido la oportunidad de llamar a un voto legal, con una marca que no era propia y los resultados están a la vista», recordó, en alusión a los 178.000 votos que logró Iniciativa Internacionalista-Solidaridad entre los Pueblos, plancha a la que prestaron su apoyo. «Es infantil insistir en la invisibilidad de la izquierda abertzale», afirmó.

La sentencia del tribunal europeo, en la que respalda la ilegalización por una «imperiosa necesidad social» de dejar fuera del juego político a HB y a Batasuna, fue analizada de nuevo ayer por numerosos representantes públicos y políticos. Desde el Gobierno Vasco, su portavoz, Idoia Mendia, lanzó su mensaje a los miembros de la izquierda abertzale y les advirtió de que si quieren seguir en política, «tienen que ser ellos los que se deshagan de ETA». En su opinión, en Herri Irratia-Loyola Media, es la organización terrorista «la que los está ilegalizando, más que la Ley de Partidos. La pelota está en su tejado».

También el consejero de Interior, Rodolfo Ares, consideró «una excelente noticia» la sentencia y aseguró que con ella, el Tribunal de Estrasburgo «confirma» que la Ley de Partidos «era útil y necesaria». En este sentido, reclamó a quienes se oponen a esta norma y alegan que «existe una democracia de baja calidad» que «rectifiquen y la acepten».

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se manifestó en el mismo sentido y aseguró que el fallo avala que «en las instituciones democráticas españolas no habrá nunca un partido que justifique la violencia». Indicó que la sentencia «es contundente» y «no deja resquicio alguno» para quienes defienden que la Ley de Partidos va «contra los derechos humanos o la libertad de expresión».

Rubalcaba insistió en que la decisión del TEDH confirma que la violencia «es incompatible» con la presencia en las instituciones y que las formaciones que no se desmarcan claramente «de esos métodos no cabrán nunca» en ellas. «Es un mensaje claro y rotundo» a la izquierda abertzale, interpretó el ministro: «o renuncian y condenan la violencia o convencen a ETA de que deje la violencia», dijo. Si no, «no estarán nunca en las instituciones».

El líder del PP, Mariano Rajoy, se mostró «orgulloso» de que el Tribunal de Derechos Humanos haya «dado la razón a la decisión que tomó el Gobierno del PP» de redactar aquella ley, que calificó de «justa y legal».

El presidente popular añadió que luchar contra ETA «no es fácil», insistió en que con la organización terrorista «no se negocia nunca» y calificó de «gran error de Zapatero» el último proceso de paz que se puso en marcha con el Gobierno del PSOE.
«Restrictiva y retrógrada»

En contra de las opiniones de socialistas y populares, Aralar y EA se mostraron contrarias al fallo. «Es una sentencia conservadora, retrógrada y restrictiva para la democracia», calificó el coordinador de Aralar, Patxi Zabaleta.

En su opinión, la sentencia «se sitúa a favor de la seguridad, del miedo social y del orden» en lugar de «a favor de las libertades», una línea ideológica -añadió- que «defienden las formaciones de la ultraderecha». En este sentido, recordó a Rubalcaba que esa anteposición de seguridad a libertad «abre las puertas para condenar las ideas». Por otra parte, instó «a las otras sensibilidades» de la izquierda abertzale a que «no den más excusas al Estado y que realicen una apuesta firme y rápida a favor de la utilización exclusiva de las vías políticas».

Desde EA, su secretario general, Pello Urizar, opinó también que el tribunal de Estrasburgo ha primado «la seguridad sobre otros derechos». Opinó que el fallo «refuerza el apoyo a los Estados» y advirtió de que algunos partidos «querrán aprovecharla y arrimar el ascua a su sardina».

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