Zapatero brinda a López el desarrollo de transferencias que negó al anterior Ejecutivo

"Los socialistas, sus hermanos, le van a dar algo, seguro que más que a nosotros". El vaticinio lo lanzaba a primera hora de la mañana de ayer en una entrevista radiofónica el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna. Tiempo habrá para balances, pero de la reunión de ayer entre el lehendakari, Patxi López, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, salieron muy buena disposición, mucha sintonía y pocas concreciones inmediatas. Lucha antiterrorista, crisis económica y desarrollo estatutario centraron el encuentro, tras el que Zapatero mostró su convencimiento de "que se puede desarrollar el Estatuto de Gernika" y López abrió -ayer sí- la puerta a una eventual mesa de partidos contra ETA, al estilo de la que propuso Iñigo Urkullu y ratificó con sus propias condiciones Antonio Basagoiti el martes.

Casi dos horas y media de reunión, sin las tiranteces de los últimos encuentros de Zapatero con Juan José Ibarretxe y con la alfombra roja que supone que el lehendakari pertenezca a su mismo partido, tras las que ambos dirigentes constataron su voluntad de abordar, incluso "acelerar" el desarrollo del Estatuto de Gernika, "frente a años anteriores en los que lo que se pretendía era su defunción", apuntó López. La referencia no es vana, en la última reunión entre el presidente del Gobierno e Ibarretxe -mayo de 2008-, éste fue motivo para la controversia por la acusación de Rodríguez Zapatero de que aquélla fue la primera vez que le planteó posibles transferencias, a lo que la entonces vicelehendakari respondió de forma fulminante haciendo públicas todas las comunicaciones intercambiadas por su Ejecutivo con el Estado en esta materia.

Historia al margen, López reiteró que su prioridad es impulsar el traspaso de materias relacionadas con las infraestructuras y la creación de empleo, caso de las políticas activas -ya en negociación-, y que ayer Zapatero se comprometió a "acelerar", sin concretar avances sobre su financiación. A partir de ahí, el lehendakari trasladó a Rodríguez Zapatero que no renuncia a ninguna de las competencias pendientes, aceptando la "complejidad y dificultad" que presenta la política penitenciaria, así como las políticas pasivas, y la necesidad de "un cambio de concepción" en "un paquete de transferencias" como meteorología y salvamento marítimo.

En relación a este apartado pero ya en el ámbito específico de la crisis económica, López mostró su satisfacción porque, anunció, el martes Moncloa recibió una carta del primer ministro francés en la que éste "manifiesta claramente que una de las prioridades de su Gobierno es la conexión de alta velocidad con España", en otras palabras, la conexión a la Y vasca. Una infraestructura que el lehendakari se comprometió a "acelerar", pese a las dificultades planteadas en el tramo de su competencia, el guipuzcoano, porque el anterior Ejecutivo vasco "no hizo todos los deberes". El lehendakari también trasladó a Zapatero diversos proyectos de I+D+i, algunos de los cuales confió en poner en marcha a la mayor brevedad, como un polígono de actividades aeronáuticas en Foronda u otro de fabricación de tracción híbrida de trenes.

Lo que no estuvo sobre la mesa, explicó, fueron las tareas más concretas que le habían puesto el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, y la Diputación de Álava: reclamar los 35 millones pendientes de cobro en el Cupo y los 456 millones que el Estado adeuda al Gobierno alavés en concepto de IVA porque, dijo, estas reclamaciones ya se han hecho en los foros correspondientes.

Ahora bien, la lucha antiterrorista fue la que concitó más interés por parte de los interlocutores. En este punto, Zapatero no ahorró en halagos a López. "Somos dos gobiernos y una misma política antiterrorista", "Patxi López representa un liderazgo fundamental, un cambio cualitativo importante" que "abre expectativas de paz en Euskadi con más solidez y firmeza", fueron algunas de las expresiones que empleó el presidente del Gobierno. Sobre estos discursos planeó la respuesta que el Ejecutivo vasco, y concretamente el lehendakari, dio al reciente asesinato del inspector de Policía Eduardo Puelles.

Zapatero cerró filas con López, sin aludirla en ningún momento, ante la polémica creada por este asunto con el PNV, alimentada por el cuestionamiento previo a la labor de la Er-tzaintza contra ETA durante los gobiernos del PNV. El lehendakari también zanjó las críticas jeltzales, ratificándose en su posición, comprometiéndose a "liderar la referencia social contra el terrorismo".

Así las cosas, López sí dejó claro que algo ha cambiado en el ámbito de Interior en relación a la lucha antiterrorista: "No sólo hay coordinación, sino también complicidad".

También ha cambiado algo en relación a la disposición expresada el pasado fin de semana por el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, sobre la posibilidad de crear una mesa contra ETA al estilo de lo que fue el Pacto de Ajuria Enea. Basagoiti ya sondeó el martes esta posibilidad en su reunión con el lehendakari poniendo como condición la exclusión de la izquierda abertzale oficial y constatando las reticencias de López. Ayer, entreabrió la puerta. Aseguró que en la ronda de contactos que mantiene con las fuerzas parlamentarias está midiendo esa posibilidad, aunque advirtió de que no la llevará adelante si ésta no concita absoluto consenso, un asunto en el que Zapatero declinó entrar "por respeto", aunque consideró "razonable" la posición de López.

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