El Think Gaur del PNV

José Manuel Bujanda en Noticias de Gipuzkoa.

La cadena de la historia la conforman los eslabones. La historia del nacionalismo vasco democrático también está formada de eslabones de una larga cadena de miles de mujeres y hombres anónimos que han hecho posible que el nacionalismo vasco democrático haya sido, y sea, la columna vertebral y la centralidad de la sociedad vasca.

Es decir, y dicho de otra manera, que sea la columna vertebral de Euskadi, la patria de los vascos. Miles de mujeres y de hombres que han cuajado, y que nos han legado, el testigo de una herramienta a trabajar para alcanzar el objetivo de la construcción nacional de Euskadi y su soberanía como pueblo libre, un pueblo, una nación de mujeres y de hombres libres y competentes.

Miles de mujeres y de hombres anónimos que consagraron sus vidas y sus quehaceres para alcanzar un objetivo tan noble, legítimo y democrático como el de ser dueños de nuestro presente y de nuestro futuro a través de la acción política y del respeto a los derechos humanos. Un objetivo que parte de una realidad, la realidad de la diferencia y la realidad de la pluralidad de la ciudadanía vasca, sin imponer, sin sojuzgar y con la verdad por delante.

El instrumento se llama EAJ-PNV. Un PNV que nació en el seno de la propia sociedad vasca, una sociedad a la que acompañó y sigue acompañando en sus sucesivos cambios. Un partido, el PNV, que ha venido identificando los desafíos a futuro y que siempre ha trazado el perfil de la ruta por donde seguir.

Ciertamente, el PNV nació de la mano de Sabino Arana hace más de un siglo como agrupación de aquellos vascos que, más allá de la no aceptación del despojo político e institucional practicado en el siglo XIX en nombre de la nación española, afirmaron el ser nacional del pueblo vasco y se unieron para la consecución de los derechos políticos inherentes a tal condición. Ha pasado de aquello más de cien años y mutaciones de todo tipo.

Con el paso del tiempo no todo sigue igual. El ciudadano ha cambiado, la sociedad ha cambiado, la estructura demográfica, social, económica y cultural han cambiado también. Las transformaciones en la composición y estructura del cuerpo electoral son enormes. Las circunstancias políticas mundiales y el propio entorno personal y social, próximo y lejano, del ciudadano definitivamente están cambiando muy significativamente. La globalización, los flujos de personas, las migraciones, los intercambios interculturales, la propia crisis económica-financiera que nos ha estallado y cuyas consecuencias futuras "en casa" todavía nos son tan difíciles de prever…

Siendo esto así, y ante esta realidad, el PNV hoy y aquí, el eslabón histórico del nacionalismo democrático vasco del siglo XXI, debe seguir conectando con la nueva sociedad civil que se está gestando. Un nuevo eslabón que no trata de renunciar a nada de lo sustancial. Un eslabón que, acorde con los tiempos, y conservando lo sustancial y útil, trata de continuar canalizando los nuevos intereses e inquietudes de los nuevos ciudadanos de la nueva calle.

Es más, la razón por la cual surgió el PNV se revalida de nuevo hoy y aquí en la defensa y la afirmación en positivo de una personalidad colectiva, la vasca, que se abre solidaria al mundo. Pienso que el compromiso de seguir sintonizando esa voluntad política con los intereses actuales de la ciudadanía vasca ciertamente es un reto apasionante. Pero, para ello, estoy convencido de que este partido deberá seguir siendo el "imán atractivo" de los cambios sociales en Euskadi, asumiéndolos y adaptando su acción política en sintonía con las necesidades que las propias transformaciones generan.

El presente y el futuro nos pide compromiso, nos exige, un contrato con la sociedad vasca, un contrato renovado y modernizado. El presente y el futuro nos impele a buscar nuevos caminos, caminos necesarios que hay que desbrozar para seguir construyendo la nación cívica vasca. Se requieren ideas frescas y arriesgarse a la hora de seguir marcando la singladura en pos de la construcción de la nación vasca. Construcción de la nación vasca que deberá basarse en la suma de las voluntades de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro pueblo y que deberá crear las condiciones para que sigamos escribiendo de nuestro puño y letra nuestro presente y nuestro futuro.

Una apuesta que pasa por la mejora de la democracia, del funcionamiento de nuestras instituciones, por ser conscientes del futuro mestizaje que ya está aquí. Una apuesta que pasa por la acogida a los nuevos vascos, por interpretar en clave de acierto las preocupaciones reales de la sociedad y de sus elementos más jóvenes, una apuesta que pasa por hacernos atractivos en el aliento a las reivindicaciones nacionales vascas. Una apuesta de futuro. Una apuesta que mira al mañana.

Un mañana compartido, un mañana que reflexiona sobre el sentido moderno de las soberanías y de las identidades compartidas, una apuesta que mira a la sostenibilidad, al medio ambiente, a las infraestructuras, a la ordenación del territorio, al bienestar social, a la economía, a las energías renovables... Una apuesta que con todas sus limitaciones e imperfecciones desemboca en Europa. Una apuesta que pasa, obviamente, por la desaparición de ETA y por la deslegitimación social y política del matonismo político.

Es la apuesta y la puesta a punto del Think Gaur del PNV.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El think gaur supone una apuesta seria por situar a Euskadi en la élite europea.

Cuando uno contempla el gran desarrollo que han tenido los centros tecnológicos en Euskadi, el número de 4 universidades, los niveles de I+D, el movimiento cooperativo, la pujanza de las cajas vascas... parece lógico pensar que el Euskadi del mañana debe estar en niveles que se acerquen más a Euskandinavia.

Parece lógico que en una sociedad avanzada deben existir una alternativa socialdemócrata sólida creible y de amplia base social.

La juventud y la clase trabajadora vasca deben encontrar alternativas más allá de los manidos tópicos. Eusko Alkartasuna ha resultado ser un partido muy elitista con vocación social, de alguna forma pretendía emular un peronismo vasco desde posturas paternalistas.

En estos momentos el tripartito a la catalana se antoja difícil, más si tenemos en cuenta la incertidumbre que roda a Ezker Batua y EA.

Por esta razón el electorado se concentrará aunque sea coyunturalmente alrededor de la figura de Ibarretxe que encarna un independentismo honesto, moderado, centrado, abierto y plural.

irune dijo...

Gestión también es política, o no?
Gestión es de mitxelines o es sencillamente construir Euskadi?