Por hablar

¿Por qué? Por hablar. Llevado a su esencia, el lehendakari será juzgado desde las 9.30 horas de hoy en Bilbao por hablar. Por intercambiar opiniones con otras personas. Por dialogar en Ajuria Enea con Arnaldo Otegi, Pernando Barrena y Juan Joxe Petrikorena sobre cómo conseguir la paz y la normalización política, dos elementos de los que, en el siglo XXI, Euskadi carece. Por eso le juzgan. Por hablar de paz y de normalización política. En lenguaje llano, por hablar; técnicamente, por cooperar en un delito de desobediencia. Porque habló con los ex representantes de Batasuna, porque habría que matizar que aquel 19 de abril de 2006 la formación no existía oficialmente porque estaba ilegalizada. Por tanto, a diferencia de él, máximo representante institucional vasco, Otegi y compañía no representaban formalmente a nadie. El juez instructor no lo ha entendido así y les acusa de un delito de desobediencia por no acatar las consecuencias de dicha ilegalización. Olatz Dañobeitia y Rufi Etxeberria comparten imputaciones con sus ex compañeros de Mesa Nacional; Patxi López y Rodolfo Ares las comparten con el lehendakari. Ellos también cambiaron impresiones con los ex representantes de Batasuna el 6 de julio de 2006 en un hotel de Donostia. También son juzgados desde hoy. Por hablar.

Es la primera vez que un lehendakari, un político, se sienta en el banquillo de los acusados por desempeñar la labor que le encomendaron los ciudadanos: gestionar el país. Lo bueno y lo malo. Hasta ahora se ha juzgado a políticos y presidentes corruptos, que robaban, que malgastaban los recursos públicos, que prevaricaban. La ley dice que todos los ciudadanos son iguales. En el caso que se juzga hoy esa máxima se resquebraja: no todos los ciudadanos vascos pueden hablar, por muy lehendakari, gerry adams vasco o secretario general del PSE que sea uno. Para todo hay una primera vez. Hasta para juzgar a un presidente por hablar. Será, claro, un juicio histórico. Y un día histórico. La historia, como el camino, se hace al andar. Y al juzgar.

Personas próximas a algunos implicados cuentan que el resultado del proceso es lo de menos, que la absolución está casi asegurada porque, jurídicamente, el asunto tiene muy poquito fundamento. Si es que lo tiene. Lo más importante, lo más buscado -según dicen- es la foto, la imagen que ilustrará mañana la portada de todos los periódicos vascos, de muchos del Estado y que abrirá los informativos de los canales de televisión. Un trofeo. Objetivo cumplido. Hoy la tendrán. El lehendakari se sentará en el banquillo de los acusados, con Patxi López y Ares a su izquierda y los cinco ex miembros de Batasuna a su derecha, al otro lado del pasillo. Ese instante dará la vuelta al mundo en cuestión de segundos. En Euskadi habrá morbo por ver cómo llegan los acusados, quién se pone al lado de quién, cómo viste cada uno, qué dicen, a quién miran. El interés disminuirá con la distancia. Y cuando esa foto llegue en cuestión de segundos a Australia, o a Hong Kong, quizá alguien no entienda nada y se pregunte qué pasa, por qué siete señores y una señora son juzgados. Por hablar.

Fuentes cercanas a Juan José Ibarretxe subrayan que el lehendakari está más que convencido de que todos los acusados, incluido él, serán absueltos y que recordarán estos días como algo que jamás debió ocurrir pero ocurrió. No se puede criminalizar el diálogo político, insiste el jefe del Ejecutivo a quienes se interesan por su estado de ánimo y por la causa. No se puede criminalizar el diálogo político, remarca, y lo hará durante sus declaraciones, el dirigente del PNV.

seguir en el supremo Lo podría repetir mil veces más, pero tiene que ser la terna de jueces que juzga el caso quien dictamine que los políticos pueden hablar, que pueden intentar buscar la paz y la normalización. Sería el equivalente a la absolución, pero no el final del proceso. Las partes que sostienen la acusación, Foro Ermua y Dignidad y Justicia, han anunciado que recurrirán al Tribunal Supremo si la sentencia no les satisface.

Lo bueno y malo de un procedimiento tan largo y tan intenso es que todas las partes han mostrado sus cartas. A estas alturas pocos esperan un as escondido en la manga de alguien. Será más de lo mismo. Como insistir en la cuestión previa, mecanismo que podría cerrar el proceso hoy mismo. Los abogados del lehendakari decidirán durante la vista oral cuál será su posición. A lo largo de estos meses han solicitado en cinco ocasiones que este juicio no se celebre. En cinco. En todas se ha rechazado la petición. Sus esfuerzos volverán a focalizarse en que todo acabe cuanto antes y con todos los implicados absueltos.

La defensa de Ibarretxe, y quizá otras, esgrimirá la sentencia del Tribunal Supremo que archivó la querella contra el presidente del Gobierno español por considerar que no hubo delito al autorizar el encuentro entre el PSE y Batasuna. El Supremo determinó que sería un "fraude constitucional" que alguien pretendiese corregir la dirección de la política exterior e interior de un Gobierno y que sería impropio pensar que los tribunales de justicia controlan la acción del Ejecutivo y de otros poderes del Estado. También se podría aludir para solicitar el sobreseimiento del caso la resolución del caso Botín , en la que se apuntaba que, en los procedimientos abreviados, las acusaciones populares no podrán pedir la apertura de juicio oral cuando la Fiscalía y los perjudicados hayan solicitado el sobreseimiento de la causa. Y todo a menos de dos meses para las elecciones y con dos candidatos en el banquillo. Por hablar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre, espero que nadie crea que en éste país se procese a nadie por hablar.

Al sr. Ibarretxe y al resto de compañeros de banquillo, se les ha procesado, primero porque hay una denuncia y porque un juez ha decidido que hay causa para el juicio que se está celebrando.

Segundo porque el sr. Ibarretxe, el sr. López, el sr. Ares se han reunido (en el caso del Lehendakari de forma reiterada) con miembros de una organización terrorista que está ilegalizada e inhabilitada para hacer política y por tanto para hablar de política.

Esto, por supuesto, es algo que éstos señores sabían perfectamente cuando sucedieron los encuentros, pero el Lehendakari se pasó la Ley por el forro para aparecer ante determinados grupos como insumiso ante las leyes españolas y en el caso de los miembros del PSE quizá con más ingenuidad y sin tanto cálculo electoral para intentar acercar posiciones con quién se ha demostrado que es imposible llegar a acuerdos.

Así que un poco de seriedad a la hora de hacer analisis y dejen de vender la moto del victimismo porque ya no cuela.

Saludos

Anónimo dijo...

Bueno, las diferencias son que unos se reunieron en un Hotel y otros en dependencias oficiales en Palacio pagado por todos-esos a los que asesinan- a bombo y platillo en lo que más parecía un acto de homenaje y reconocimiento que un intento de solucionar nada. Las formas también fueron clarificadoras de como funciona cada uno.