Uno no puede expresar sus sentimientos más humanos porque son utilizados

«Mírales, pero si parecen Esperanza Aguirre y Gallardón». El mordaz comentario de una de las periodistas que aguardaban para cubrir el primer acto conjunto de Iñigo Urkullu y Juan José Ibarretxe tras hacerse públicas las explosivas consideraciones del presidente del PNV sobre el lehendakari en el libro Memoria de Euskadi, de María Antonia Iglesias, refleja el ambiente de incrédula expectación que se respiraba ayer en el Palacio Europa de Vitoria. Los protagonistas no defraudaron a la concurrencia y se aplicaron a fondo en escenificar el previsible cierre de filas. El líder del EBB llegó pronto. Charlas con algunos de sus colaboradores más cercanos, con el diputado general de Álava... Sonrisas. Apariencia de normalidad para disipar la tensión. Hizo su entrada el lehendakari, unos minutos más tarde de la hora prevista. Y ambos se fundieron en un efusivo abrazo y se enfrascaron en animada conversación ante las cámaras. Aquí no ha pasado nada.

Un día después de ver confirmados sus temores -el líder peneuvista sabía desde hace semanas que la publicación de la obra era inminente y que caería como un obús en un partido ahora medianamente pacificado y en plena precampaña-, Urkullu evitó esconder la cabeza o intentar negar la mayor y refutar el contenido de una entrevista registrada en casi ocho horas de grabaciones. Incluso, reconoció que lo expuesto en la entrevista son sus «sentimientos más personales y más humanos» y lamentó que hayan sido «utilizados a conveniencia» contra su partido y «descontextualizados», transcurridos «ocho meses» desde aquellos acontecimientos y completado el proceso interno de designación de candidato a lehendakari, en el que el EBB decidió proclamar de nuevo a Ibarretxe por unanimidad.

Eso sí, confesó haber aprendido la lección. «Uno aprende que, ni siquiera después de muchas conversaciones contextualizadas en sus justos términos, puede expresar sentimientos. Uno aprende que, aunque se dice que la sociedad valora la transparencia y la claridad, no puede situar sus sentimientos más personales y más humanos porque son utilizados». En lugar de negar la evidencia, Urkullu prefirió dejar entrever que su desconfianza y su hartazgo con Ibarretxe pertenecen ya a «tiempos pasados» y subrayar que, hoy por hoy, su relación se basa en la «lealtad mutua» y en la «unidad de acción» que guía al PNV.

En julio pasado, cuando se sentó en el diván de María Antonia Iglesias -La terapia de la verdad. Todos lo cuentan todo, se subtitula el libro-, el presidente del EBB confesó a la periodista sus temores sobre los riesgos de la «aventura» en que se había embarcado Ibarretxe con la consulta y el fuerte «desgaste personal» que le suponía intentar controlar la situación interna del partido. «Hay muchos días en los que tengo que hacer actos de fe para que sigamos unidos y tengamos una mínima cohesión para salir dignamente de esta situación de cara al futuro», desvelaba entonces un Urkullu dolido por la falta de «honestidad» que achacaba al lehendakari en su relación con él. «Y, claro, tengo que seguir dando la impresión de que soy tonto, de que soy un pelele, que me chupo el dedo», lamentaba.

Sus compañeros de filas no ocultan su extrañeza por el calentón de un líder discreto y muy medido en cada una de sus comparecencias públicas y que ha hecho de la unidad interna la principal seña de identidad de su mandato. Ayer, compareció sereno. Quienes conocen la historia achacan el desahogo de Urkullu a la situación que se vivía entonces: su liderazgo, dicen, no estaba tan «consolidado» como ahora y había tenido que bregar con situaciones incómodas, como cuando afirmó en una entrevista en este diario que las preguntas de la consulta incluirían un rechazo explícito a ETA y el propio Ibarretxe le desmintió con hechos. O la marginación del PNVen la gestión del proyecto de ley del plebiscito, que el lehendakari dejó en manos de su consejo político, en el que le acompañan Joseba Azkarraga y Javier Madrazo. «Todo eso le hizo explotar», coinciden distintos cargos jeltzales, que confían en que la polémica no afecte a la campaña y en que los sectores menos afines a Urkullu no intenten reavivar la presión de la caldera.

Ibarretxe, mientras tanto, escuchaba con una media sonrisa al líder de su partido, rodeado por los integrantes de la candidatura alavesa que se persentaba ayer. Urkullu llevaba su intervención por escrito, pero decidió echar mano del mismo recurso teatral que empleó en elAlderdi Eguna para confirmar ante la militancia la candidatura de Ibarretxe. Se saltó el guión. «Me voy a saltar el guión, lehendakari, porque parece que tenemos que andar dando explicaciones de un libro...». Fue cuando Urkullu reconoció el «morbo» que despiertan sus palabras, no las desmintió pero dejó constancia de que obedecen a lo que la autora «ha querido extraer» de una larga conversación y aprovechó para apoyar «sin ningún matiz» a Ibarretxe como la persona «que mejor encarna el saber hacer del PNV». «¿Ibarretxe es el problema? Sí, para quienes saben que es mejor candidato que el suyo», concluyó.

Y tomó la palabra el aludido, que en la misma obra asegura no tener «ninguna información» sobre las reticencias del líder del EBB en torno a la consulta. Tras hablar largo y tendido de la crisis y del plan para impulsar el liderazgo de Vitoria y Álava, reservó para el final su referencia al asunto estrella de la jornada. Y lo hizo a su estilo. «Basta ya de insultos y de descalificaciones. Estate tranquilo, Iñigo, cuando alguien saca este tipo de cosas es que no tienen argumentos», dijo. En esa tesis del todo vale, el lehendakari insistió en que «andar todo el día con este tipo de cosas para atrás y para adelante es el argumento del débil» y opinó que «eso la ciudadanía hace tiempo que lo sabe». Insistió en que todos los dirigentes del partido trabajan por «una Euskadi próspera en la que la gente de este país decida las cosas» y no dudó en que el PNVmantendrá la «confianza» de la sociedad «si hacemos las cosas como debemos».

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Urkullu si son esos tus sentimientos debes dimitir inmediatamente y ten seguro que no te echaremos de menos.

Anónimo dijo...

Eso pasa porque en el PNV no hay debate alguno y luego esas cosas se acumulan y se sueltan y otros las manipulan.En Gipuzkoa no hay ya asambleas,no hay debate para nada,todo es un coro de aulicos de Joseba.Egibar ha matado al Partido.¿Como no ponerle a parir a este paranoico que nos ha impedido el uso de la palabra?.

Anónimo dijo...

Lo que no se puede entender es como alguien que está en activo haga confidencias de ese calado a un periodista. Es una torpeza.

En cuanto al debate interno no existió cuando los "representantes" de las dos sensibilidades del partido acordaron que Urkullu fuera presidente del EBB a cambio de la ponencia y de que Ibarretxe fuera candidato. Lllegará el día en el que haya que debatir y no parchear.

Anónimo dijo...

No acabo de comprender cómo un político con la experiencia de Urkullu pueda caer en esa trampa, y contar esas opiniones tan íntimas.
¿Querría vengarse de Ibarretxe?
¿O quiere que los demás vean que él no piensa como Ibarretxe en algunos temas importantes?

Anónimo dijo...

Es una situación al borde de la esquizofrenia el mantenimiento de dos discursos antagónicos.

Por una parte está lo que se ha venido en llamar soberanismo de Ibarretxe.

Por otra parte está el posibilismo centrista que encarna Urkullu, Azkuna, Bilbao etc.

Y en este momento vemos como el trío Urkullu, Ortuzar y Bilbao tratan de hacer piña con Ibarretxe. ¿Qué está percibiendo la ciudadanía? ¿Cual de los dos modelos va a gobernar los cuatro próximos años?

Parece que Bizkaia cierra filas con su modelo posibilista, en Gipuzkoa en cambio el debate está absolutamente abierto y la contradicción es patente. La posición de fuerza del partido en Bizkaia le permite afrontar sin fisuras las elecciónes.

La posición en Gipuzkoa del partido es mucho más vulnerable, sumido en una crisis de modelo donde conviven diversas sensibilidades:
el mesianismo de Egibar, el democristianismo filosófico de Olano, el modelo mercantilista inmobiliario de Jon Jauregi y el posibilismo abierto de Jokin Bildarratz... ¿cual de estos modelos es el del 1 de marzo?

Anónimo dijo...

He leido el capitulo de Urkullu y está bien.Solo me pregunto el por que lo dice en un libro y en las asambleas no cuenta mas que bobadas y superficialidades.

Anónimo dijo...

Es un error cometido en el pasado y lo que cuenta es el futuro.
Todos con Ibarretxe y el partido.

irune dijo...

Aurrera Iñigo Urkullu!!
Aurrera eta beti aurrera !!
Tontolapiko eta kerten guztien gainetik, eta sorgin maltzur guztien azpitik.... ez etsi... eta eutsi goiari!!