Peticiones de EA

EA pide a su alcalde de Zumaia que dimita y a sus ediles de Azpeitia que desbanquen a ANV

La respuesta de la Ejecutiva regional de EA a sus ediles díscolos de Zumaia y Azpeitia después de que unieran sus votos a ANV y EB-Aralar para arrebatar las alcaldías de estos municipios al PNV ha sido fulminante y tajante. El presidente del partido en Gipuzkoa, Iñaki Galdos, aseguró ayer no estar dispuesto a compartir filas con quienes conciben EA como "un ejército de Pancho Villa" e instó a Iñaki Agirrezabalaga a dimitir como primer edil de Zumaia y a los concejales de la formación en Azpeitia que apoyaron el sábado al nuevo primer edil de ANV a promover una moción de censura para desbancarle.

La unión de los votos de los tres ediles de EA y los dos de EB-Aralar a los a los dos de EA en Zumaia permitió aupar a la Alcaldía al cabeza de lista de este último partido, Agirrezabalaga. La tercera fuerza más votada en la localidad costera desbancó así a la peneuvista María Eugenia Arrizabalaga, cuyo grupo ostenta cuatro representantes.

En Azpeitia, fue la suma de los votos de los 2 concejales de EA y del representante de Aralar a los seis ediles de ANV lo que hizo que la izquierda abertzale, de la mano de Iñaki Errazkin, tomara por sorpresa el poder en este Ayuntamiento históricamente gobernado por los jeltzales, donde el PNV logró el 27-M una cómoda mayoría de 8 ediles.

No será fácil deshacer el entuerto generado en los plenos de constitución de estos ayuntamientos, que ha alimentado serios recelos entre los socios del tripartito del Gobierno Vasco. Como principal agraviado, el PNV se mostró ayer dispuesto a dar un margen de confianza para que EA dé marcha atrás, aunque consideró lo sucedido un ataque directo al partido, una "deslealtad" y una "falta de respeto a la palabra dada", ya que la consigna marcada entre los miembros del tripartito y Aralar en una reunión mantenida tres días después de las elecciones era la de apoyar las listas más votadas, según subrayó el presidente del Gipuzko Buru Batzar, Joseba Egibar.

El líder consideró evidente la conexión entre las maniobras llevadas a cabo en Azpeitia y Zumaia, donde considera que se ha producido "un pacto tácito" entre EA y ANV para promover este doble desplazamiento del PNV "con la colaboración necesaria de EB-Aralar", coalición a la que acusó de haber asumido el papel de "comparsa".

"Además de una deslealtad, lo sucedido es una agresión gratuita al PNV y algo más profundo, una agresión a la confianza que debe presidir el ámbito de relación política en el tripartito formado por PNV, EA y EB y en este caso también con Aralar. Creo que con este tipo de decisiones dejan tocada la confianza que debe presidir esa relación", expuso Egibar, que compareció ante los medios en el batzoki del barrio donostiarra del Antiguo acompañado de los alcaldes salientes de Zumaia y Azpeitia.

No olvidó a ANV, partido al que acusó de guiar sus actuaciones por su "animadversión y odio" hacia el PNV, lo que difícilmente puede a su juicio abrir "perspectivas de entendimiento" con esta formación. Lamentó, asimismo, que EA, EB y Aralar hayan entrado en su juego. "No vamos a perder la calma. No hemos venido a implorar ni a rogar, sino a reivindicar los conceptos que deben guiar la acción política", advirtió.

El líder del GBB confió en que las negociaciones para conformar el gobierno foral con EA en Gipuzkoa, que comienzan hoy, no se vean afectadas por lo sucedido, aunque lo ocurrido le ha llevado a cuestionar el "recorrido" que puede tener su partido con fuerzas que "faltan a su palabra". "La negociación arrancará como estaba fijado", aseguró.

Galdos, que compareció junto al secretario general de la Ejecutiva guipuzcoana de EA, Pello González, y el secretario institucional del partido, Iñaki Sagarzazu, quiso dejar claro que lo sucedido es ajeno a la voluntad de la dirección territorial y pidió perdón a la ciudadanía por el "espectáculo bochornoso" que han propiciado sus ediles en Azpeitia y Zumaia. También pidió disculpas públicamente al PNV, aunque lamentó el intento de los jeltzales de tomarse la revancha de los sucedido apoyando al PSE-EE en Zarautz para desbancar a la alcaldesa Maite Etxaniz, movimiento que finalmente no se produjo.

El presidente de EA en Gipuzkoa aseguró que no va andarse "con medias tintas" y la Ejecutiva Regional adoptará una postura "dura y radical" con los ediles que han creado este problema, que a su juicio han "engañado" al partido, a los votantes y a la propia militancia, ya que en la asamblea local previa a la constitución del Ayuntamiento de Azpeita quedó claro que se iba a apostar por la lista más votada.

"No se nos ha dicho la verdad en torno a lo que se estaba gestando", aseguró Galdos, que consideró que lo sucedido en Zumaia y Azpeitia forma parte de una "estrategia". "No creemos que los nuevos alcaldes se encontraran de repente con los votos de otros", apuntó.

Galdos prefirió no hablar sobre la posibilidad de promover medidas disciplinarias o echar del partido a Agirrezabalaga si se niega a dimitir o a los ediles de EA en Azpeitia si se oponen a promover una moción de censura al alcalde de ANV. "Lo que tengo claro es que no quiero compartir partido con quien considera que esto es el ejército de Pancho Villa", expuso Galdos, quien aseguró que ha hablado con el alcalde de Zumaia y ha comprobado que "es consciente de que ha incumplido un acuerdo" y la gravedad del paso que ha dado, siendo como es miembro de la Ejecutiva.

Confió en que brecha abierta entre PNV y EA no pase factura a las negociaciones para formar gobierno en Gipuzkoa y se reafirmó en la necesidad de ser "contundente" para zanjar el problema creado esta misma semana. Cuestionó además los pronunciamientos "más o menos asépticos" que se han dado desde las más altas esferas de su partido.

Las Ejecutivas nacionales de EA y el PNV no permanecieron ayer ajenas a la polémica. La secretaria del Euskadi Buru Batzar de PNV, Josune Ariztondo, consideró un hecho "muy grave" que EA haya "ha incumplido sistemáticamente y de manera generalizada", el pacto de los socios del tripartito "votando en contra de ese acuerdo en todos los ayuntamientos", con "la ayuda inestimable de EB" y en algunos casos uniendo sus votos al PP contra la lista más votada.

"Y en siete nos han quitado las alcaldías como fuerza más votada", puntualizó, considerando especialmente grave lo ocurrido en Azpeiti, Zumaia y la localidad vizcaína de Muskiz. "Deseo que la ciudadanía sepa quién cumple los acuerdos: el PNV los ha cumplido en todos y cada uno de los municipios, y quien los ha incumplido sistemáticamente ha sido EA", zanjó.

El secretario de Organización de EA, Rafa Larreina, quiso quitar hierro al asunto y pidió que todos los protagonistas actúen con calma, porque "las prepotencias no son buenas consejeras". Admitió que en casos "aislados" se rompió el pacto cerrado con el PNV y EB, pero anunció que su partido "pondrá los medios y tomará medidas para intentar que los acuerdos se cumplan".

Abogó además por no dar a lo sucedido mayor trascedencia de la que tiene. "No se pueden confundir los casos aislados con la generalidad; los árboles no deben impedir ver el bosque", consideró Larreina, quien para justificar a los ediles díscolos explicó que "hay que entender que en los municipios hay dinámicas locales que van al margen" de los propios partidos. "De todos, incluido el PNV", concluyó.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Iñaki Sagarzazu tiene toda la razón. La Ejecutiva Nacional de EA sabía lo que iba a pasar en Zumaia y no ha hecho nada por evitarlo. !Lapurrak kanpora!. !Azkarraga fuera gobernutik!.

Anónimo dijo...

Los lapurras estaban en la hacienda de Gipuzkoa :) hacienda que ya no van a controlar :D