Yo amo a Laura

Mikel Basabe, portavoz de Aralar, en Noticias de Gipuzkoa.

Esa campaña publicitaria, Yo amo a Laura , fue todo un éxito.
En apariencia, alguien puso en marcha una campaña publicitaria para promocionar un grupo de música que rompía los moldes, no por su música, sino por su letra: se reafirmaban en su fe y proponían otra forma de estar en la juventud. Eran, por lo demás, guapos, formalmente vestidos y con un aspecto que inspiraba confianza.

La campaña fue exitosa entre otras cosas porque utilizaba las técnicas más modernas, la tecnología punta, para publicitar algo, dándole una apariencia de verosimilitud que le daba el aspecto de ser una campaña de verdad. Era una campaña virtual y además era la campaña de un grupo virtual. Una campaña de algo que existía. Luego se vio que no había tal grupo que amara a Laura. Era así que en realidad el objetivo de la publicidad era la propia campaña publicitaria. Que no había contenido. Que se había utilizado la propaganda para vender no algo tangible, algo que exista o vaya a existir, sino sólo una forma de hacer publicidad.

Yo amo a Laurak bat

En eso se parece, y mucho, a otra campaña virtual que últimamente hemos tenido oportunidad de ver en las calles de Euskal Herria. Laurak bat , decían unos carteles de la izquierda abertzale batasuna. En realidad, detrás de ese lema no hay ningún contenido, como tampoco lo había -han bastado nueve días para comprobarlo- detrás de los carteles que pedían el voto para ANV con el lema Sí rotundo al proceso. En realidad esos votos suponían otra cosa: "(…) la semilla que acaban de sembrar miles y miles de ciudadanos traerá una abundante cosecha a nuestro pueblo".

Resulta que ahora la culpa de que no haya proceso es del PSOE y del PNV. O eso nos dice Batasuna. En realidad, con esa afirmación se está dejando claro que han sido tres los actores políticos que han negociado durante estos meses (Batasuna y el PSOE llevarían años haciéndolo) y, por lo tanto, son tres los actores que no han llegado a ningún acuerdo político. El éxito en dicha negociación habría sido exclusivamente suyo, y el fracaso, desde luego, no es exportable. Y eso que no es de extrañar que no haya habido acuerdo.

No es de extrañar, porque en lo que se supone que fue el primer acto público de resolución del conflicto, la declaración de Anoeta, hecha en noviembre de 2004, se diferenciaba entre las mesas que tenían que alojar a unos y a otros actores: en una hablarían ETA y el gobierno (el de España, al de Francia ni se le esperaba ni se le espera) sobre presos, víctimas y armas. En la otra, los partidos políticos hablarían sobre política. Todo bien. Mejor aún, cuando en la misma declaración de Anoeta la izquierda abertzale una (¿y trina?) aseguraba que se comprometía a superar las diferencias que pudieran surgir durante el proceso, de forma exclusivamente pacífica. (Quinto compromiso). El sexto compromiso decía que sólo se utilizarían las vías pacíficas y democráticas. Evidentemente, algo ha fallado en el trasvase de la buena teoría a la pésima práctica.

Por otro lado, Batasuna, PNV y PSOE se juntan a hablar de política, y de sus conversaciones una de las partes quiere un compromiso sobre Navarra. Y eso sí que no cuadra. PNV, PSOE y Batasuna representan la mayoría social de la Comunidad Autónoma Vasca y, por tanto, pueden intentar llegar a un acuerdo político que luego la sociedad previsiblemente refrendaría. Pero en Navarra no. No representan la mayoría social de Navarra y, por lo tanto, no están legitimados a decidir nada sobre ella. Es curioso que la izquierda abertzale batasuna coincida también en esto con el Partido Popular. Para ambos, Navarra no es sujeto de decisión, sino objeto de un acuerdo que se puede tomar sin tener en cuenta la voluntad mayoritaria de su ciudadanía y a espaldas de sus representantes legítimos. Si pretenden conseguir el Laurak bat a espaldas de la ciudadanía navarra, es que no han aprendido nada de nada.

Aunque la verdad, no sé de que me sorprendo. También Euskal Herria, a la que vienen a "defender mediante las armas" es para ellos objeto de decisión política, y no sujeto de decisión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esa historia parece el programa socialdemocrata de EA y el comunista de Madrazo.