Conversaciones en Loiola
Desde Gara dicen una cosa: que la culpa es de los demás, como siempre. En los restantes medios se dice otra y que además desde el PSE se estiraron todo lo posible. Este es el editorial de Noticias de Gipuzkoa que resume la situación.
Sólo desde una tremenda falta de realismo pudo provocarse la frustración del preacuerdo alcanzado en Loiola el 31 de octubre de 2006 entre las tres formaciones políticas comprometidas a consolidar las bases para una mesa de partidos.
Una versión de esas Conversaciones de Loiola fue ya publicada hace unos meses, versión de parte, según la cual se responsabilizaba a PNV y PSE del fracaso no sólo de aquel intento de acuerdo sino del proceso de paz y normalización en su conjunto. Los periódicos del GRUPO NOTICIAS, en base a la documentación a la que han tenido acceso, publican ahora el relato pormenorizado de aquellas once jornadas cuyo desenlace apunta hacia otras responsabilidades bien distintas.
Tras la reunión del pasado 31 de octubre, las tres comisiones negociadoras se felicitaban por el alto grado de consenso logrado y por la trascendencia de los acuerdos. Efectivamente, el documento Bases para el diálogo y acuerdo político reconocía la identidad nacional del pueblo vasco, se apelaba a que las instituciones del Estado respetasen las decisiones adoptadas por la ciudadanía vasca sobre el futuro político, se garantizaba que los derechos de esa ciudadanía se recogiesen en el ordenamiento jurídico internacional, se adquiría un compromiso para promover la creación de un órgano institucional común para la CAV y Navarra con atribuciones ejecutivas y legislativas y se incorporarían estos acuerdos al ordenamiento jurídico tras ser sometidos a referéndum. Aparte de otros detalles también de calado, lo acordado satisfizo a las tres partes y quedó listo para la firma.
No cabe duda de que el contenido del documento consensuado hubiera sido una base sólida para un futuro político normalizado en Euskal Herria, y lo hubieran suscrito una inmensa mayoría de ciudadanos, incluidos los adscritos a la izquierda abertzale sociológica. "En este pueblo, cuando el equipo de casa va ganando por goleada aún cantamos Todos queremos más ...", parece que dijo uno de los negociadores de Batasuna, como para rebajar la tensión, el día 8 de noviembre, cuando se presentaron a la reunión definitiva y dieron marcha atrás, o huida hacia adelante, condicionando inesperadamente la firma a un trágala sobre Navarra imposible de asumir por sus interlocutores. Lástima de inmadurez.
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