El dilema de EA

Artículo de Rafael Leonisio en Diario Vasco. ¿Será indicativo del futuro de EA?

En política hay ocasiones en las que una pérdida de representación y/o votos no significa pérdida de influencia sino todo lo contrario. En Euskadi tenemos por ejemplo el caso de EB, cuya capacidad de decisión es ahora mucho mayor que en los años 90, época en la que llegó a tener el doble de parlamentarios. Los cambios que últimamente se observan en la arena política vasca, con un PSE-EE cada vez más fuerte y más dispuesto a encabezar las principales instituciones vascas, podrían conceder a Eusko Alkartasuna ese mismo estatus de partido pequeño pero muy decisivo.

EA surgió como escisión del PNV con clara vocación de sustituirle en la hegemonía del nacionalismo moderado. Para ello contaba con una imagen más moderna y con la figura carismática de Garaikoetxea, que aspiraba a ser lehendakari desde el liderazgo de su nuevo partido. Estuvo cerca de conseguirlo ya que obtuvo 13 parlamentarios (sólo 4 menos que los jeltzales) en 1986, año de su nacimiento, pero la falta de acuerdo con el PSE empujó a éste último a pactar con el PNV. Tras esta entrada espectacular en el panorama político vasco EA comenzó a empeorar considerablemente sus resultados electorales. Si en las elecciones autonómicas de 1986 EA obtenía el 15,8% de los votos y 13 escaños, en 1998, últimas que se presentó en solitario, ya había caído al 8,6% con tan sólo 6 parlamentarios. Las elecciones generales también le han supuesto una caída constante: desde el 11,2% y 2 diputados de 1989 hasta el 6,5% de 2004, manteniendo, eso sí, siempre un escaño por Gipuzkoa (aunque muy amenazado en las últimas elecciones por el creciente empuje de Aralar). Finalmente, el mismo panorama hemos tenido en las elecciones municipales y forales. Mientras que en 1987 obtuvo un 17,9% con 442 concejales y un 17,6% y 35 junteros (más que ningún otro partido, siendo la primera fuerza en las juntas de Álava y Gipuzkoa), en las pasadas elecciones del 27 de mayo ha bajado hasta un 7,2% con 215 concejales y un 7,6% con 10 junteros.

EA ha destacado en la mayor parte de su trayectoria política por ser un aliado estratégico del PNV. Aunque son rivales directos por compartir gran parte de su potencial electorado no ha habido entre ellos, salvo en los primeros años, una especial fricción. Así, tras las tensiones entre ambos a finales de los 80 y principios de los 90 (experiencia fallida de gobierno de coalición incluida), a partir de 1994 EA se replanteó sus relaciones con el PNV y optó por el pragmatismo, cambiando su inicial planteamiento de sustituirle como partido hegemónico del nacionalismo por una cómoda posición a su sombra, consiguiendo con ello más influencia política y relevancia institucional. Esta alianza se consolidó a finales de los 90 y principios de esta década, cuando ambos se unieron en coalición electoral, primero para frenar el empuje de EH en las elecciones municipales y forales de 1999 y después para conjurar el peligro de un desembarco de PP y PSE-EE en el Gobierno Vasco en las autonómicas de 2001. Las coaliciones se repetirían tanto en 2003 (forales y municipales) como en 2005 (autonómicas), presentándose EA en solitario tan sólo en las elecciones generales y con sus socios tradicionales en las europeas de 2004. Por lo tanto, estos últimos comicios municipales y forales, primeros de ámbito vasco en los que se presentaba en solitario desde 1998, eran de extrema importancia para EA: unos resultados excesivamente adversos podían poner en duda su viabilidad como partido político.

Fuera del Ayuntamiento de Bilbao, y con presencia prácticamente testimonial en las juntas generales de Álava y Vizcaya y en el Ayuntamiento de Vitoria, sólo mantiene el tipo en Gipuzkoa, su feudo tradicional, consiguiendo allí su mayor número de concejales y obteniendo siete muy decisivos, como se ha visto en las últimas semanas, representantes en las Juntas Generales. Unos resultados malos, sin duda alguna, pero no nefastos y, sobre todo, por encima de las expectativas ya que todas las encuestas auguraban un batacazo mayor tras tanto tiempo de coaliciones con el PNV. A pesar de ello, y aquí está la paradoja de la que hablábamos al principio, la decisión de desligarse del PNV, aunque con ello haya perdido representación y poder institucional, le ha dado una mayor capacidad de decisión e influencia en la política general vasca. Se ha comprobado en Gipuzkoa, donde podría haber optado por aupar a diputado general al candidato socialista y generar con ello un terremoto político que quizá habría hecho temblar los cimientos del tripartito que gobierna en Vitoria. Y es que los coqueteos de EA con los socialistas en Gipuzkoa abren la posibilidad de una nueva etapa en Euskadi, un periodo en el que EA podría tener la llave tanto de la gobernabilidad como incluso de un cambio de rumbo en la política vasca.

EA se encuentra en una encrucijada con dos posibles salidas. La primera es seguir más o menos como hasta ahora, es decir, unida al PNV en forma de coaliciones electorales y/o gubernamentales. Es una opción cómoda pero peligrosa ya que su continuo declive electoral dificultaría su mantenimiento como proyecto político autónomo. En este último caso la única opción que le quedaría sería desaparecer quedando diluidos sus cuadros en el PNV o bien, versión edulcorada de la anterior, formar una coalición permanente tomando como modelo a CiU. La segunda es más arriesgada y supondría un giro importante tanto en su trayectoria como en la de la política vasca. Si el modelo anterior era Unió ahora sería ERC. La opción de EA pasaría por apoyar al PSE-EE en una alianza estratégica de izquierdas (a la que, por cuestiones aritméticas tendría que sumarse EB/IU y posiblemente Aralar), una de cuyas principales consecuencias sería la salida del PNV de las principales instituciones del país. En este último caso EA seguiría siendo un partido pequeño pero de enorme relevancia ya que no sólo estaría en sus manos la posibilidad de la alternancia en las instituciones vascas sino también la de propiciar un giro completo en la dimensión ideológica de referencia en la política vasca. Ya no se trataría de si gobiernan los nacionalistas o los constitucionalistas sino de si gobierna la izquierda o la derecha.

Podemos concluir por tanto que de EA depende la posibilidad de un cambio histórico en las relaciones de poder en el País Vasco. Y es que si durante los últimos años la única alternativa al tripartito ha sido la alianza PP/PSE-EE (y más recientemente la unión de del PNV con los socialistas), EA tiene en sus manos la construcción de una nueva mayoría viable que imite el modelo de tripartito catalán. Todo esto, por supuesto, siempre y cuando el PSE-EE se atreva a ser alternativa al PNV y siempre que ETA siga existiendo. Si ésta desapareciera se abriría una tercera posibilidad para EA: la creación de un gran frente nacionalista de izquierdas que compita con el PNV por la hegemonía nacionalista y pelee por convertirse en la primera fuerza política de Euskadi. Pero eso, de momento, ya es otra historia.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Este trabajo es un canto a la relacion politica estable del PSE con EA.Hay una clara decisión de mandar al PNV a la oposicion.
Lo dijo Buen y Hasta Patxi Lopez,lo dijo Pastor y Egiguren,ellos pueden pactar con EA porque eso es progresista.Y mientras esto ocurre,al PNV se le impide y estigmatiza porque hablar con el PSE.El problema es que dentro del PNV hay demasiado etupido que no ve la jugada.
Abriremos algun dia los ojos.

Anónimo dijo...

Vaya miedo q empieza a tener el PNV a un cambio de situación. Hace poco le ibais a dar el abrazo del oso a EA... y ahora parece q os la va a meter bien por la espalda. Recordad bien lo q dice ese articulo: EA nació para sustituir al PNV...

Anónimo dijo...

Ea veinte años despues de su nacimiento.Con garaikoetxea cuidando nietos.Con una presidenta al que casi todo el mundo aborrece.Con un dirigente del OPUS que es lo menos cristiano de este mundo.Con Azkarraga que parece el baston de Ibarretxe.Sin concejales en Bizkaia.haciendo putadas al PNV.Subsumido en NA-Bai.Con una diputada que parece un loro y que no habla nunca de EA.Queriendo ser a la vez gobierno y oposicion.Con todo el equipo de Galdos viviendo del presupuesto.Con la alcaldesa de Zarautz dimitiendo a la primera propuesta de poltrona.
¿Eso es lo que nos tiene que dar miedo?.
Miedo EA ante Aralar y EB.Hoy EA es una silla en el pasillo.Nada con sifón.Como dijo Barainka:Somos socialdemocratas pero nadie nos cree.
Es verdad.

Anónimo dijo...

Si EA no tiene concejales en Bizkaia, explicame como asi llorais diciendo que os ha robado alcaldias ... xDDDD

Anónimo dijo...

Hola Txirri: Al hablar de EA dices que está "subsumido en NA-Bai". Si esa es la situación de EA, ¿cúal es la situación de EAJ-PNV en Nabarra?
Porque allí todo es muy "progresista", muy "de izquierdas", ...
Y si como dice Anónimo hay que recordar que "EA nació para sustituir al PNV", tampoco hay que olvidar que Aralar "quiere echar al PNV del poder". En Gipuzkoa nos han ... donde han podido, en Bizkaia, también, incluso en Nabarra (Lesaka) a pesar de ser socios de coalición.
Habrá que empezar a sacar consecuencias o aplicarnos las últimas frases de Gorka.

Anónimo dijo...

http://www.euskadi.net/elecinf/indice_c.htm

En Bizkaia EA tiene 91 cioncejales y 5 alcaldias. En Gipuzkoa EA tiene 92 concejales y 6 alcaldias. COmentadme lo muerta que esta EA en Bizkaia.